Las investigaciones de Miguel Bao también incluyen un estudio sobre la epidemiología del parásito en los ríos gallegos que detectó su presencia en lampreas, sabelas y sábalos en el Miño y el Ulla.

"El ciclo de vida del anisakis se desarrolla en el medio marino, por eso siempre se vincula a esos ambientes, pero estas especies bajan al mar y luego vuelven al río para desovar. Y hemos comprobado que también pueden estar parasitadas", revela.

"Se trata de especies muy importantes y valoradas en ambas riberas del Miño y los resultados suponen una advertencia. No se trata de alarmar, pero es importante que la gente sea consciente para poder prevenir una posible intoxicación", destaca.

Los científicos implicados en estos estudios también abogan por introducir tecnologías en los barcos que eviten que vísceras infectadas sean tiradas al mar y afecten a otros peces, así como por mejorar los protocolos de control a lo largo de la cadena del pescado y potenciar las campañas de educación.

Los trabajos de Bao están dirigidos por Santiago Pascual y Graham Pierce, del grupo Ecobiomar, junto con Norval Strachan, de Aberdeen. El investigador vigués prevé acabar su tesis este año, pero ya plantea seguir estudiando la alergia al anisakis en futuros proyectos.