A falta de un mes para que se cumpla un año del fallecimiento de Rosa A. G., de 49 años, en los pasillos del Hospital Álvaro Cunqueiro cuando acudía a visitar a su madre, la investigación podría cerrarse sin conocer qué fue exactamente lo que le ocurrió a esta viguesa. El Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo archivará el caso "en los próximos días", según comentaban esta semana fuentes judiciales a FARO. La ausencia de una hora exacta de la muerte imposibilita que se puedan llevar a cabo más acciones por parte del tribunal instrucción, impidiendo que se pueda llegar a determinar si hubo omisión de socorro.

La autopsia con el posterior informe remitido por el Instituto Toxicológico de Madrid, el cual ralentizó todo el proceso judicial seis meses, ratifica que Rosi, como era conocida la finada falleció entre las seis y las siete de la mañana de un fallo cardíaco Esta dilación temporal no permite determinar con exactitud si podría haber sido salvada en caso de ser atendida con anterioridad y por lo tanto tampoco esclarece si hubo o no un delito de omisión de socorro.

Desde que este último informe me encontraba en manos del juzgado, se dio parte del mismo a los forenses del Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) para su estudio y aclaración. Sin embargo, pocos o ninguno fueron los avances que se dieron en la investigación al abarcar la hora de la muerte un intervalo muy amplio. Esta razón motivó el archivo del caso.

"Apelaremos"

Francisco Javier Barros, viudo de Rosi, reconoce que presentó "varios escritos en el juzgado de los cuales todavía no obtuve respuesta", por lo que confía en que la instructora no de por cerrada la investigación. "Hay cámaras que grabaron a mi mujer entrando en el hospital a las 6.25 horas, esto ya acorta en media hora el tiempo que señalan los forense en el informe. Y tengo pendientes otras pruebas que podrían acortarlo todavía más", comentaba ayer Barros. El hombre sostiene que si el juzgado vigués archiva la causa, continuarán pleiteando por una respuesta. "Esto no se va a quedar así. Apelaremos a la Audiencia, al Superior o incluso a Estrasburgo si hace falta. Esto merece una investigación exhaustiva. No es justo para Rosi terminar así", lamenta su viudo.

Javier Barros continúa recogiendo firmas a través de la plataforma web change.org con la esperanza de que no se de carpetazo al fallecimiento de su mujer. "Ya contamos 120.000 firmas", remarcaba. Los hechos se remontan al 14 de enero de 2015. En el pasillo principal del Cunqueiro, entre las velas B y C, se desplomó. Durante media hora, hasta las siete de la mañana, permaneció tirada allí hasta que la encontraron y fue atendida. Ya no se pudo hacer nada por su vida.