Uno de los parques emblemáticos de la ciudad, el de Castrelos, recibió la consideración de Bien de Interés Cultural, al igual que el Pazo Quiñones de León en un movimiento para proteger el patrimonio de Vigo que también se tradujo en la elaboración del Plan Especial e Catálogo Complementario de Edificios, Conxuntos e Elementos a Conservar (PEEC) que incluía una amplia relación de edificios históricos a conservar y frenaba, o al menos lo intentaba, la destrucción de éstos de años precedentes por parte de los promotores urbanísticos.

Además, en esa misma dirección también se produjo la adquisición de la colección Pacheco. Fue en mayo de ese año, cuando tras la firma del convenio se inició el traslado de los más de dos millones de negativos a dependencias del Museo de Castrelos para su almacenamiento y posterior clasificación.

Desde entonces el Concello de Vigo posee una completa colección de recursos fotográficos de la ciudad que abarca desde finales del siglo XIX hasta la década de los 70.