La lucha contra las termitas que inundan la parte alta del Casco Vello será lenta y exigirá grandes dosis de paciencia por parte de los vecinos que no verán resultados hasta, al menos, dentro de un año y tendrán que esperar otros ocho hasta atisbar el final de la campaña que luchará contra la plaga a partir del próximo lunes.

El objetivo es erradicar aunque es probable que tan sólo se logre minimizar las poblaciones de los siete termiteros que se distribuyen bajo los edificios de la parte alta del barrio histórico. Se han localizado colonias en 31 de esos edificios y se cree que hay también en otros 23 tras un exhaustivo estudio que evaluó un total de 110 edificaciones, 12 solares y ocho jardines.

Cerca de una veintena de vecinos asistieron a la charla informativa convocada por el Consorcio del Casco Vello en el edificio Cambón, sede del centro de visitantes de las Illas Atlánticas.

La convocatoria la recibieron todos los habitantes de esa zona aunque, curiosamente, la inmensa mayoría de los que acudieron no residen en las viviendas donde se detectaron los problemas. Los que acudieron lo hicieron buscando información para detectar la posible presencia de estos isópteros en sus viviendas y conocer los riesgos del tratamiento. En este sentido, como precisó el representante de la empresa Agronerga, que acometerá los trabajos a partir del próximo lunes, se trata de una actuación general en la que todos los vecinos deben colaborar y que no supone riesgos para la salud.

El tratamiento se llevará a cabo mediante un sistema de cebos inyectados con un producto que inhibe la producción de quinina de las termitas por lo que éstas "no pueden mudar, no pueden crecer y se mueren", según precisó Aitor Aguinaga, de Agronerga.

Estos cebos se colocarán en los jardines en el suelo pero también en las cajas de registro de los edificios, tapados ya que las termitas huyen de la luz, y la celulosa que contiene se irá reponiendo para comprobar a través de ella el comportamiento de los isópteros.

Dos equipos se encargarán durante una semana de la instalación de los cebos en viviendas de Porta do Sol, Abeleira Menéndez, Cruz Verde, II República, Ferrería, Elduayen, Subida o Barranco, San Sebastián y Hortas.

Termitas y carcoma

El experto David Lorenzo dedicó su intervención a aclarar las diferencias entre las termitas y la carcoma y recordando que estas últimas son una plaga "silenciosa y que se esconde" por lo que no se ve a simple vista ni tampoco se escucha. La forma de identificar la presencia de termitas es "difícil pero dejan pistas" como los marcos de las puertas con el barniz hinchado o estalactitas de barro que en realidad son "churros de termitas". En todo caso, se encuentran siempre en entornos donde hay madera (o celulosa) y humedad.

El experto quiso recalcar que se tratará de una batalla larga, de cuatro años de tratamiento con los cebos y cuatro más en los que se evaluará la reducción o eliminación de las poblaciones. "Tenemos que armarnos de paciencia ya que no se verán los resultados ni en semanas ni en meses, será muy poco a poco", recalcó Lorenzo, que no garantizó que se pueda erradicar por completo el problema.