El sistema de videoconferencia ya tiene un largo recorrido en los juzgados de la urbe olívica. El primer equipo se instalaba en la sala de vistas que comparten las dos secciones de la Audiencia de Vigo en septiembre de 2003, hace ya 13 años. La Xunta invirtió 13.500 euros en un aparato que ya funcionaba desde varios meses atrás en otras ciudades gallegas y que entonces supuso toda una revolución en el ámbito judicial al abrir la puerta a declarar en un procedimiento en Vigo desde otros puntos del país e incluso desde el extranjero.

Desde su puesta en marcha, hubo que esperar a febrero de 2004 para usar por primera vez la videoconferencia en un juicio en Vigo. Fue en una vista contra un joven acusado de intentar matar a su suegro. La presunta víctima y su hija prestaron declaración desde la Audiencia Provincial de Zamora, ciudad en la que ambos residían en esas fechas. Aquella conexión duró media hora y se realizó con éxito. Desde entonces, la videoconferencia ha dejado de ser una excepción para convertirse en un dispositivo que forma parte del día a día de la actividad judicial.