Caos en la autopista. Una sucesión de accidentes ocurridos en torno a las 14.30 horas ayer, uno en pleno puente de Rande y otro a escasos metros de distancia, a la altura del desvío hacia Cangas, colapsaron la AP-9 y el centro de Vigo en plena hora punta. Ambos siniestros se produjeron en dirección Pontevedra y se vieron involucrados diez turismos. Las colas kilométricas que provocaron alcanzaron las calles de la urbe olívica. Miles de vehículos se vieron afectados por un monumental atasco que vuelve a evidenciar la insuficiente capacidad del viaducto para soportar el intenso tráfico diario, situado en una media 65.000 vehículos (según los últimos datos recopilados por la concesionaria Audasa).

La magnitud del embotellamiento obligó a la Policía Local de Vigo a cerrar, sobre las 15.15 horas, los accesos a la autopista para evitar que se contagiara al centro de la ciudad. Esta medida, sin embargo, no logró evitar que las consecuencias de los dos siniestros se extendieran más allá de la AP-9. Decenas de automovilistas optaron por coger la carretera N-552 por Redondela, que también registró muchos más vehículos que de costumbre al permanecer abierta la entrada a la autopista desde Chapela.

En uno de los momentos en los que el puente de Rande absorbe más tráfico a lo largo del día, como es la franja horaria comprendida entre las 14.00 y las 16.00 horas, cuando los conductores cruzan el viaducto para volver a sus domicilios o trabajos, estas dos colisiones casi seguidas provocaron que muchos de ellos estuvieran completamente parados en la carretera. A esa hora los accesos al vial desde Vigo funcionaban correctamente, por lo que los vehículos que llegaban hasta las inmediaciones del puente comenzaron a formar una hilera que se multiplicó con el paso de los minutos. Tanto es así que la Policía Local, 45 minutos después de las dos colisiones, desplazó a varias patrullas hasta las entradas de la AP-9 para cerrarlas al tráfico.

Cinco heridos

Hasta el lugar de los siniestros acudieron varias dotaciones de los servicios de emergencia. En total fueron cinco los heridos, uno de los cuales tuvo que ser excarcelado por los bomberos al no poder salir del vehículo en el que se encontraba. Los accidentados en la colisión fueron trasladados a centros sanitarios de la ciudad. Un menor y tres mujeres de 27, 36 y 53 años, al hospital Concheiro; y otra mujer, de 33, a Povisa. Ninguno de ellos presentaba lesiones de gravedad, según informó el 112.

El primer accidente se registró pocos metros antes del desvío de la AP-9 hacia Cangas, lo que provocó pequeñas retenciones en el propio puente de Rande. Instantes después, un frenazo brusco en el viaducto originó el segundo choque, que desencadenó el atasco que colapsó más de 10 kilómetros de carreteras y causó demoras de más de una hora entre los automovilistas.

No fue hasta pasadas las 17.00 horas cuando el tráfico se restableció poco a poco en Rande y permitió que la Policía Local reabriese los accesos al vial desde Vigo. Durante el tiempo que estuvieron cortados, los vehículos fueron desviados por Travesía de Vigo, Sanjurjo Badía y García Barbón, generando importantes retenciones en unas arterias ya congestionadas habitualmente.

La Dirección General de Tráfico avisó de los problemas de circulación en el puente en el kilómetro 147 a raíz de los accidentes, y elevó hasta el nivel rojo la alerta. Numerosos automovilistas mostraron su enfado y resignación a través de las redes sociales con numerosos comentarios, vídeos y fotografías en sus cuentas de Twitter y Facebook.

Las dos colisiones se producen en unos días de especial complejidad en cuanto a la gestión del tráfico en la principal vía de comunicación entre ambas orillas de la Ría de Vigo. La ya de por sí intensa circulación por Rande en las horas centrales del día se ve ahora agravada por el corte del Corredor do Morrazo, que afecta a un tramo en obras de 6 kilómetros comprendido entre la rotonda de Domaio y el enlace de Meira y que se prolongará hasta el próximo 23 de enero. De ahí que las consecuencias de lo ocurrido ayer fueran más graves de lo que ya es habitual cuando se producen accidentes en el viaducto.

Medida excepcional

Porque no es la primera vez este año que el puente de Rande se colapsa. Por colisiones leves o incluso la parada por avería de un solo vehículo ocasionó este verano caravanas de varios kilómetros que atraparon a cientos de turismos que se dirigían hacia las playas. La diferencia entre estos atascos típicos de la época estival por la reducida capacidad del viaducto y el registrado ayer es la medida excepcional y de urgencia que aplicó en esta ocasión la Policía Local cortando los accesos a la autopista para evitar el colapso también del centro de la ciudad.

Y pese ello, los conductores que circulaban a esas horas por las calles viguesas padecieron los efectos de lo ocurrido en Rande. Aunque no tuvieran que tomar la AP-9, las largas colas que se originaron en Travesía de Vigo, Sanjurjo Badía, Beiramar, García Barbón o Isaac Peral, impidió que llegaron puntuales a sus puestos de trabajo o a los colegios para recoger a sus hijos, como así iban comentándolo los afectados en las redes sociales.

Los agentes movilizados trataron de reducir el impacto del bloqueo, redirigiendo a los turismos entre las distintos viales alternativos. Pero también las circunstancias que atraviesan importantes calles que podría emplearse como desvíos lo impedían. Es el caso de García Barbón, actualmente en obras que obligan a cortar los dos carriles destinados al tráfico en dirección a Policarpo Sanz, originando embudos en pequeñas avenidas como Oporto o Canceleiro. "He vivido muchos embotellamientos en la ciudad, pero ninguno como el de hoy [por ayer]", relataba una conductora que se encontró el atasco en el túnel de Beiramar.