Tras veinte días en coma profundo y con respiración asistida, el cura de Santa Rita agredido por dos jóvenes comienza a tener pequeños momentos de consciencia y reacciona a breves estímulos. Don Antonio, aunque tiene todavía un lado del cuerpo paralizado, abre y mueve un ojo e incluso aprieta una mano. Todavía es pronto para determinar secuelas y su familia reitera que su estado sigue siendo "muy grave". Este avance podría llevarlo a abandonar la UCI del Cunqueiro y ser trasladado a planta.