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Josefina Fernández: "Hay que mejorar la atención a domicilio para retrasar el ingreso en las residencias"

"Nacimos en García Barbón con vocación gallega y ahora miramos hacia Europa"

Josefina Fernández. // FdV

El Círculo de Empresarios de Galicia entregará este año su Medalla de Oro a la consejera delegada de Geriatros, una de las cinco compañías más importantes del sector sociosanitario español con presencia en doce comunidades autónomas y una oferta de 6.336 plazas en 46 centros. Desde 2014 cuenta con una división de atención a la salud mental y Josefina Fernández avanza que siguen con vocación de crecer y trabajan ya en nuevas adquisiciones.

-¿Cómo recibe la distinción de los empresarios gallegos?

-Es un honor que te den la medalla tus compañeros, que a su vez son los mejores de sus sectores.

-¿Es un reconocimiento también al sector sociosanitario?

-Me alegra muchísimo ser la primera mujer que recibe la Medalla de Oro, pero incluso más que se valore la economía de los servicios sociales. Geriatros es un proyecto que fundé con Caixanova en 1999 y ahora somos la quinta empresa del país. Algo empieza a cambiar. Están las autopistas hechas, el AVE tiene fecha de llegada y ahora la asignatura pendiente es preocuparnos por la calidad de vida de las personas.

-¿Hay diferencias entre una empresa que cuida a mayores y otras que se dedican a la automoción?

-Una empresa nace para ganar dinero y en eso funcionamos igual que una conservera o una factoría de coches. Pero cuidamos personas y además de la formación es necesaria cierta vocación. A los nuevos trabajadores siempre les preguntó cómo se ven ellos de mayores. Aquí todos los días son distintos, cada usuario necesita algo diferente e innovamos continuamente. Funcionamos como cualquier otra empresa, buscamos crear riqueza y generar empleo, pero tenemos una responsabilidad adicional.

-¿Hay planes de crecer?

-Salgo ahora de una reunión para adquirir una nueva empresa. Queremos ser líderes en geriatría y estamos en plena expansión. En Galicia sabemos cuidar a nuestros mayores y se nos da bien este trabajo.

-¿Es posible cumplir con su premisa de atención individualizada en residencias de 180 plazas?

-Es sagrado para nosotros. Cada anciano es distinto y cuando llegan hacemos una entrevista para conocer sus necesidades y sus gustos para garantizar su bienestar y su dignidad. No se le impone ningún sistema. Si una persona necesita dos horas de fisioterapia, la recibe. Cada mayor es especial y lo respetamos. Y empezamos a especializarnos por áreas. En Valdemoro tenemos una unidad de cuidado de ictus. En Cangas tenemos otra de psicogeriatría y otra de rehabilitación de operados de cadera.

-¿Es una rama en expansión la atención a domicilio?

-Fui pionera en incorporar la atención a domicilio. No hay que institucionalizar a los ancianos si no lo necesitan. Los que puedan deben permanecer en su hogar y por eso debemos acercarles nuestros recursos. Esa era la filosofía de las residencias comarcales. Hay mayores que solo necesitan que le lleven la comida o un par de horas de colaboración. Otros pueden acudir a la residencia solo a dormir si tienen miedo. Amoldamos nuestros servicios a sus necesidades. Ahí reside la calidad de una empresa. Si mantenemos buenos centros de día y mejoramos la atención a domicilio, llegaremos más tarde a las residencias.

-Existe la idea de que las residencias privadas son caras. ¿Lo son también los costes de explotación?

-Cuidamos seres humanos y no es barato. Tenemos enfermeras, auxiliares, médicos, fisioterapeutas, terapeutas, rehabilitadores... Barato o caro depende de cómo uno lo amortice y, aun con carencias, en España tenemos una red de dependencia importante y hay ayudas de las administraciones. Debemos informar mejor al ciudadano de todas las opciones de las que dispone.

-Con el envejecimiento actual, parece un sector de éxito seguro.

-Es un problema general, Europa está envejecida. Pero también es cierto que los ancianos de ahora no tienen nada que ver con los mayores que atenderemos en 10 años. Tendrán otras demandas y ya trabajamos en el diseño de nuevos servicios como apartamentos tutelados en el centro de Vigo. En Ávila tenemos 42 chalés adosados y hay lista de espera. Son pequeñas viviendas y comparten en las zonas comunes comedor, lavandería, cafetería, gimnasio y despachos médicos. Como los antiguos apartoteles. Es un recurso cada vez más demandado porque ayuda también a paliar la soledad de las grandes ciudades porque en las zonas viejas no hay ascensores y muchos no socializan nada.

-¿La entrada de fondos de capital riesgo como PAI Partners en Geriatros afecta al trabajo diario?

-Creamos un grupo francés y español para avanzar hacia un desarrollo europeo. Ellos están adquiriendo conocimientos del sector y a nosotros nos han enriquecido. Nacimos en García Barbón con vocación gallega, luego nos expandimos a doce comunidades y ahora miramos hacia Europa, entre Francia y Alemania. PAI Partners tiene DomusVi en Francia. Estuvieron aquí en julio y aprendieron mucho de nuestra filosofía de calidad y la concepción de pueblo que aplicamos y nosotros mejoramos en la atención especializada. Ahora, por ejemplo, llevamos a todos los usuarios que les gusta al teatro.

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