La estatua de Castro, el histórico repartidor de periódicos que vendía en la calle Príncipe, ha vuelto a ser objeto de un acto vandálico. Los gamberros intentaron seccionar el dedo que sostiene el diario a la efigie, instalada delante del MARCO. La escultura fue reforzada tras desaparecer el ejemplar en una ocasión anterior y en esta ocasión resistió el intento, aunque quedó dañada.