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Cambio radical en la respuesta a los accidentes cerebrovasculares en el área

El Cunqueiro practica las tres primeras operaciones para extraer trombos cerebrales en Vigo

Era la única técnica que le faltaba para completar la atención al ictus y es el segundo hospital gallego en diponer de ella las 24 horas - Beneficia a entre un 10 y un 15% de los afectados

Introduciendo contraste en las arterias, con una prueba de imagen, se busca dónde se interrumpe la circulación (círculo). Ahí está el coágulo.

A la unidad de ictus del Hospital Álvaro Cunqueiro le faltaba "la guinda", el tratamiento que permite completar la asistencia a los infartos cerebrales y que puede beneficiar a entre un 10 y un 15% de sus pacientes. Es la trombectomía, una de las técnicas más innovadoras de Neurorradiología. El Chuvi empezó a realizarlas en el segundo fin de semana de julio y ya lleva tres. Tras el compostelano, ha sido el segundo de los gallegos en ponerla a disposición de la ciudadanía las 24 horas del día. Es de referencia para la población del sur de Galicia.

Hay una serie de afectados por ictus isquémicos -los ocasionados por el taponamiento de un vaso- que no responden al medicamento que se inyecta por vena para deshacer los trombos o que no se le puede administrar por contraindicaciones. Desde hace tres semanas y siempre que no se hayan rebasado las 6 horas de evolución del ictus, se les puede ofrecer esta técnica alternativa, avalada ya por la evidencia científica,y actúa directamente sobre el coágulo que obstruye el riego. Lo alcanza introduciendo un catéter por las arterias y lo extrae. Es un método que también se usa como primera opción en aquellos casos en los que se sospecha la obstrucción de una arteria grande -las carótidas, la vertebral o la basilar-. El Álvaro Cunqueiro lo había empleado, hasta ayer, con tres pacientes. Uno de 52 años y otros dos, de poco más de 80 años, aunque una no se culminó. Las otras dos han funcionado. Prevén hacer entre una y tres a la semana y, conforme se perfeccione la técnica, "muchas más".

En una sala de radiología intervencionista, con el paciente sedado, introducen un catéter en sus arterias con una punción en la ingle. Guiados por rayos x e imagen, lo conducen hasta el vaso que lleva la sangre a la zona obstruida y la abren con un "balón". Por el interior de este tubo, pasan otro más fino que llega hasta el cerebro y atraviesa el trombo. Por último, meten por ellos "el dispositivo que lo ha cambiado todo": un stent, una especie de malla, que se despliega en el trombo y lo aprieta contra las paredes. Pasados unos minutos, tiran de él para que arrastre el coágulo como un rastrillo, al tiempo que aspiran, para que los restos no sigan adentrándose en el cerebro. Las dos personas necesarias para estas maniobras las realizan las veces que hagan falta, pero de forma ágil, porque el reloj sigue corriendo.

Aunque compartidas con otras intervenciones radiológicas, Neurorradiología dispone de dos salas donde realizar esta técnica y también tenía "relativa formación", según explica el especialista en este campo, Óscar Vila. Les faltaban recursos humanos, materiales y organizativos. "La Gerencia fue sensible y se contrató un neurorradiólogo más, que está en formación", cuenta el doctor y explica que con los tres médicos disponibles para guardias localizadas -se les llama si es necesaria una intervención- actuales, pueden ofrecer esta técnica 24 horas al día, los 365 días del año. Completaron su preparación con la visita de expertos en la materia y un seminario con especialistas de Oviedo.

Pruebas de imagen avanzada

También fue necesario formar a los radiólogos que hacen guardias en la prueba de imagen avanzada -un angiotac- con la que se comprueba que un paciente es candidato a una trombectomía, para que estuviera disponible en cualquier momento sin tener que esperar a que llegue el neurorradiólogo de guardia localizada.

La otra pata que hubo que incorporar fue el costoso material que se emplea. No llegó a tiempo para cumplir con la fecha en la que se preveía empezar, el 1 de julio, y ese primer día tuvieron que derivar un paciente al complejo hospitalario compostelano. Se comenzó el fin de semana siguiente.

Una de las cuestiones que tienen pendientes es cómo resolver la priorización de la atención de un infarto cerebral en las dos salas compartidas. A los neurorradiólogos les gustaría disponer en exclusiva de una tercera, como pasa en los complejos hospitalarios del Sergas en Santiago y A Coruña.

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