Un instante de la última jornada de O Marisquiño en Vigo // Marta G. Brea

Una marea humana ocupó durante el fin de semana la explanada del Náutico, As Avenidas y la parte baja del Casco Vello. Alrededor de 50.000 personas se acercaron ayer hasta O'Marisquiño en algún momento de la jornada. El día amaneció fresco y quizá por eso el recinto tardó en coger ambiente. La mañana del domingo se vio a un público más familiar y a muchos niños emulando a sus ídolos en las rampas donde horas más tarde se celebraría la gran final de skate. Ya por la tarde se produjo una auténtica riada de espectadores para ver los platos fuertes de la competición: el MTB Downtown, la World Cup Skate y las finales de BMX.

El certamen congregó el año pasado a 125.000 personas y la organización aseguraba ayer por la tarde que 2016 iba a ser "de largo el año de mayor asistencia". También apuntaban a que el festival parece haber tocado techo. "La organización cree que ha encontrado su dimensión correcta. No le interesa crecer más, sino ofrecer una experiencia cada vez más satisfactoria a su público", apuntaban los responsables del evento de deporte extremo y cultura urbana más importante del continente.

Toda la actividad que genera la competición desde el viernes se traduce en un lleno absoluto en los hoteles, bares y taperías de la zona, y en la imposibilidad de aparcar en las inmediaciones con el parking de A Laxe y el robotizado completos durante el sábado y el domingo. Porque no solo los vigueses protagonizan el exitazo del certamen. Desde primera hora se veían jóvenes en la dársena del transporte de Ría esperando para regresar a O Morrazo tras un día y una noche de fiesta y del otro lado eran continuas las colas para trasladarse a Vigo. Más actividad también en las líneas comarcales de autobús con jóvenes que llegaban desde concellos limítrofes como Baiona, Mos o Redondela.

El "rider" portugués Borges, ganador del descenso del Casco Vello // M.G. Brea

Fue hacia mediodía de ayer cuando las gradas instaladas en el Náutico y en el Muelle de Cruceros empezaron a llenarse para ver los entrenamientos de la World Cup Skate y de BMX. Gritos de júbilo y aplausos para los participantes más osados. Los aficionados más jóvenes que habían trasnochado dejaron espacio a primera hora para los cientos de curiosos que cada año acuden para conocer un poco más de cerca el evento estrella del verano vigués. A las 11.00 de la mañana había ya gente cogiendo sitio en las escaleras de Elduayen para asistir a los entrenamientos del descenso en mountainbike desde el Castillo de San Sebastián hasta Montero Ríos.

Es la prueba que más seguidores cosecha por su espectacularidad y fueron muchos los que cogieron sitio en las terrazas del Casco Vello para ver pasar a los competidores durante el entrenamiento. Las finales de Break Dance y el Face to Face en As Avenidas fueron otras de las pruebas más concurridas. Lleno también en el centro comercial A Laxe que se convierte estos días en una especie de refugio para los participantes y los asistentes, con colas en los baños, en los negocios de hostelería y hasta presencia de un guardia de seguridad en la planta de restauración.