"Lo que menos pensábamos a las 06.30 de la madrugada es que la policía golpease nuestra puerta para avisarnos de que incendio estaba amenazando nuestra vivienda y teníamos que salir deprisa". José Rivas Tubío y su familia tuvieron que abandonar con lo puesto su propia casa la pasada noche al ver como las llamas se aproximaban a su finca, situada en la subida a Chans, en Bembrive. Al lugar del incendio acudieron tres dotaciones de bomberos. Su rápida intervención permitió que el fuego no se extendiera por el monte y, al final, no hubo que lamentar heridos, ni por quemaduras ni por inhalación de humo.

Tras dos horas y media de extinción, el fuego fue sofocado tras quemar una superficie de monte de unos 600 metros cuadrados. "No es la primera vez que pasa en esta zona y no será la última. Los árboles no están cuidados y el monte está sucio", indicaba José Rivas, ya de vuelta en su domicilio. Hace ocho años ya tuvieron que salir de su casa a causa de las llamas. "Aquel día si temimos que alcanzaran la vivienda. En esta ocasión hay que felicitar a los bomberos, que actuaron muy rápido e impidieron que las llamas llegaran a nuestra parcela", declaraba. Tras dos horas a escasos 100 metros, la familia pudo regresar a su domicilio. "Estás intranquilo porque puedes perderlo todo", señalaba José mientras mostraba lo peligroso que es el entorno de su vivienda. "Si las llamas hubiesen llegado hasta estos árboles no quiero ni imaginar lo que podría haber pasado", añade.

La relación entre la familia de José Rivas y los incendios viene de lejos. El pasado miércoles acudieron a ver a sus suegros, que viven en Arbo y que tuvieron que salir también de sus viviendas ante la peligrosidad del incendio, que ya ha calcinado más de 1.500 hectáreas.

Además, varias dotaciones de bomberos sofocaron un incendio forestal durante la tarde de ayer en Zamáns. Se calcula que ardieron alrededor de 3.500 metros cuadrados.