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Vigo es la segunda urbe gallega con más polen por sus mejores condiciones para la floración

Los picos se producen al menos una semana antes que en el resto de Galicia - El 30 de junio fue el día con mayor concentración del año -Los niveles crecieron un 46% desde 2013

La estación | La máquina que capta el polen está situada en una terraza del Concello y son los técnicos municipales de Medio Ambiente los que cambian el filtro cada semana y lo envían a la universidad para su análisis.

Por sus condiciones climáticas, que favorecen el crecimiento de las plantas, Vigo es la segunda ciudad gallega con mayor concentración de polen. Para tormento de los alérgicos a estas partículas -una de cada cuatro personas-, casi dobla los niveles registrados en Lugo y triplica los de Santiago. No solo son más altos, sino que es la primera de la comunidad en sufrir sus picos. Esto la convierte en la alerta para anticipar lo que va a suceder en una semana en Ourense y en diez días en el resto de Galicia. Este año, el calor ha adelantado estos episodios.

Cuando, a principios de los 90, se empezó a percibir el aumento de las alergias entre la población, se creó la Rede Galega de Aerobioloxía, resultado de una colaboración entre la Consellería de Sanidade y las universidades de Vigo y Santiago. Ahora cuenta con bases en la ciudad olívica, Santiago, Ourense y Lugo, como puntos representativos de todo el territorio gallego. Aquí, analiza los granos de polen suspendidos desde 1995 mediante un captador ubicado en una terraza de la casa consistorial. Se trata de un aparato que simula la respiración de una persona de forma ininterrumpida y retiene los granos en un filtro.

El responsable de la estación de Vigo, Javier Rodríguez Rajo, atribuye los altos niveles de concentración de polen en la ciudad a sus condiciones climáticas, favorables para el crecimiento de las plantas y, en especial, las que tienen mayor potencial alergénico. Destaca que son muy elevados para una ciudad costera, donde el aire que sopla desde el mar limpia estos granos de la atmósfera. Solo le supera Ourense que, precisamente, carece de la influencia marina.

El profesor e investigador del grupo de Alergología de la Universidad de Vigo subraya que la base viguesa tiene gran relevancia para la red, ya que anticipa lo que sucede en el resto. Han constatado que la floración de las especies se produce en las Rías Baixas una semana antes que en Ourense y diez días que en el resto de Galicia.

Cuatro son las especies que más problemas ocasionan en Vigo a los alérgicos al polen. La número uno, como en el resto de la comunidad, son las archiconocidas gramíneas. Le sigue una pequeña y resistente planta que se creía que solo crecía en la zona mediterránea, la parietaria judaica. Se da en todo el sur de Galicia, pero sobre todo en las Rías Baixas. Esto no se descubrió hasta que se instaló la estación en el Concello vigués. A raíz del hallazgo, los alergólogos la incluyeron en la batería de pruebas que realizan a los pacientes. El plantago o llanté y el árbol plátano de sombra, completan el listado.

Las tres primeras tienen su floración en el inicio del verano. De ahí que el periodo en el que los alérgicos al polen sufren más los síntomas es entre el 15 de junio y el 15 de julio. Antes, en abril, padecen los provocados por el plátano de sombra, más suaves. Son fechas que se mantienen bastante estables, con pequeñas variaciones, como las de este año. Por el calor, la floración se ha adelantado y, por tanto, también los picos polínicos. La del árbol, dos semanas, y la de las gramíneas y las parietarias, una. Este año, el peor día para los alérgicos fue el 30 de junio. Si cuando se superan los 50 granos de polen por metro cúbico de aire estos pacientes ya se encuentran "fatal", en esa jornada se multiplicó esa cantidad por ocho -con 393 granos por metro cúbico-

El horario en el que las especies emiten los granos a la atmósfera también sigue un patrón constante. Por ejemplo, las gramíneas en Galicia se desmarcan de las del resto del territorio español y lo sueltan un par de horas más tarde, a las 20 horas. "Es un fastidio para los alérgicos porque, justo en esa franja, sales a tomar una caña o a hacer actividades al aire libre y es cuando más expuesto estás", lamenta Rodríguez Rajo. Sospechan que se debe a las diferencias en la temperatura y la humedad y a que el sol se pone una hora después.

La red de aerobiología ha detectado que, en los últimos años, la concentración de polen va en aumento. El nivel acumulado en Vigo en 2015 -40.000 granos- es un 46% mayor que solo dos años antes. En lo que va de 2016, ya se ha recogido más del 70% de lo registrado el año pasado. Javier Rodríguez lo atribuye al cambio climático. "Las plantas se adaptan al calor, entre otras cosas, produciendo más polen", explica.

Amenaza "pandémica"

Hay más polen y también más alérgicos a él. "Comienza a ser una amenaza para la salud pública de dimensiones pandémicas", sostiene Javier Rodríguez Rajo. Afecta a una de cada cuatro personas -más del 40%, niños y jóvenes- y es una de las enfermedades crónicas más frecuentes. Y están en continuo aumento. En quince años ya la padecerá la mitad de la población, según las previsiones European Academy of Allergy and Clinical Immunology. ¿A qué se debe este incremento? Por un lado, a las condiciones de vida, más higiénicas. Las personas están menos expuestas a los patógenos y sus defensas ya no están tan avanzadas como antes. Por otro lado, a la contaminación. Lo que produce la alergia no es el polen en sí, sino las proteínas que contiene y el grano produce más cuanto mayor sea la exposición al calor y la polución.

Rodríguez Rajo defiende la importancia de monitorizar y predecir los picos de polen para reducir el impacto que tiene tanto en la calidad de vida de estos pacientes como en el gasto sanitario. Desde el pasado mes de mayo, la Consellería de Sanidade ha recuperado el convenio con la Rede Galega de Aerobiología para emitir un boletín semanal de predicción dirigido a los alérgicos, tras cuatro años de ausencia.

La importancia de estas previsiones radica en que un antiestamínico tomado antes de que se produzca la concentración polínica hace más efecto que si este lo ingiere una vez que ya tiene los síntomas. Rodríguez Rajo sostiene que con ello se ahorraría en medicamentos y se reducirían las consultas de primaria por rinitis alérgica. Recuerda que los efectos de la alergia provocan en Europa 100 días de absentismo en el trabajo y las escuelas.

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