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Biofertilizante con sello olívico

Abono de alta calidad con bagazo reciclado por lombrices

Hugo Martínez, del grupo de Ecología del Suelo y Biotecnología Ambiental, aprovecha restos de albariño y mencía y también de destilerías

Abono de alta calidad con bagazo reciclado por lombrices

Un depósito de 156 kilos de bagazo puede convertirse en apenas dos meses en 60 kilos de biofertilizante natural de alta calidad gracias a la labor de las lombrices de tierra. El biólogo Hugo Martínez Cordeiro, del Grupo de Ecología del Suelo y Biotecnología Ambiental, ha puesto a punto un novedoso proceso de vermicompostaje para aprovechar los residuos que genera la elaboración de albariño y mencía así como la fabricación de licores en las destilerías.

"Hemos obtenido un abono orgánico de origen natural que favorece el desarrollo de los cultivos agrícolas de una manera adecuada. Su uso evitaría además el vertido de productos químicos contaminantes al suelo y a los recursos hídricos de la zona", destaca.

Este proceso también permitiría a las bodegas obtener un beneficio de los desechos que producen "con una importante carga año tras año". Aunque estos estudios se desarrollan desde hace tiempo en la comunidad científica, en la mayoría de ellos se utiliza estiércol como residuo natural. De ahí el carácter innovador de los experimentos realizados en el campus vigués.

La técnica de vermicompostaje se basa en los procesos de descomposición de la materia orgánica. Además de acelerarlos, las lombrices interaccionan con los microorganismos -bacterias y hongos, fundamentalmente- que también participan en la degradación.

Los experimentos se realizaron con la especie Eisenia andrei, una de las más habituales para obtener humus debido a su elevada tasa de consumo de la materia orgánica, así como de reproducción. "Degradan el bagazo de forma más rápida y también son más adecuadas que las lombrices autóctonas porque son poco sensibles a la manipulación humana y a los cambios. Aunque intentamos mantener unas condiciones estables de riego, temperatura y humedad siempre influye si es verano o invierno", señala Martínez.

La población de lombrices en los vermireactores es de unos 200 individuos por metro cuadrado y los ensayos realizados demuestran que la masa inicial se reduce en un 58% al pasar de 158 kilos de bagazo a una cantidad de sustrato final de entre 50 y 60 kilos. La humedad debe mantenerse en torno al 80% para que los individuos procesen mejor el sustrato.

Los resultados apuntan hacia la rentabilidad económica que tendría este proceso si diese el salto al mundo empresarial. De hecho, Hugo Martínez recibió en 2014 uno de los premios Incuvi-Emprende de la Universidad para desarrollar durante un año esta idea de negocio en la preincubadora del campus. "Fue muy interesante a nivel formativo. Las conclusiones de la investigación son buenas y ahora se pueden empezar a abrir nuevos horizontes", plantea.

Durante el proceso, Martínez tomaba muestras periódicas de los reactores para analizarlas en el laboratorio y poder seguir toda la evolución. El vermicompost obtenido en todos los caso cumplía con los requisitos químicos y biológicos para ser utilizado en cultivos.

Su estudio conforma una tesis doctoral que ha estado dirigida por Jorge Domínguez, responsable del grupo, y por Marta Lores, de la Facultad de Química de Santiago de Compostela. Junto con Marta Álvarez, también investigadora en Vigo, los cuatro son los autores de una patente para la obtención de fertilizantes de calidad a partir del bagazo y también de polifenoles.

Estos compuestos bioactivos con capacidad antioxidante y un elevado interés nutricional se encuentran presentes en el bagazo, pero pueden tener efectos negativos en el desarrollo de las raíces de las plantas por lo que se establecen tratamientos para evitar su presencia en el sustrato final.

Al mismo tiempo, las lombrices no se comen las semillas, que contienen una cantidad importante de polifenoles, y que se pueden seleccionar mediante procesos de tamizado para aprovechar estos compuestos.

El bagazo fue cedido a los biólogos del campus por bodegas y destilerías gallegas. "Este aprovechamiento y reciclaje de los residuos es interesante para ellas, puesto que ahora mismo el uso principal de este subproducto es enviarlo a las destilerías para fabricar aguardiente y otros licores. Y en este proceso se vuelven a generar residuos. Nosotros damos solución a los dos tipos de bagazo", destaca Martínez.

Los resultados han sido tan satisfactorios que el grupo vigués quiere explorar otras opciones y aplicar las mismas técnicas a otros sustratos vegetales como la retama negra o xesta, así como a la acacia, que es una especie exótica invasora en todo el litoral gallego.

"Podría ayudar en la erradicación de plantas invasoras y, al mismo tiempo, obtendríamos un biofertilizante natural para los cultivos", apunta.

El grupo del catedrático Jorge Domínguez trabaja desde hace más de dos décadas en el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y en los procesos de fabricación de abonos a partir de residuos naturales. El humus obtenido mediante el vermicompostaje es muy interesante por la riqueza y diversidad de microorganismos que contiene. De hecho, el equipo cuenta con un proyecto financiado por el plan nacional de I+D para aplicar técnicas de secuenciación masiva del ADN de las bacterias y hongos que interaccionan con las lombrices.

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