Hoy se cumplen tres meses de la explosión de gas que ocasionó la muerte de una persona y la evacuación de todo un edificio en la calle San Salvador. Un periodo que a los vecinos se les está haciendo frustrante ya que no han podido volver a sus casa y lamentan no conocer en qué momento lo harán. Solo cinco familias han regresado al edificio, pero lo han hecho desoyendo los consejos de Urbanismo, ya que siguen sin contar con los permisos necesarios para residir en las viviendas. La seguridad de habitar en el inmueble no está garantiza.

La mayoría de vecinos han alquilado otros pisos o viven en casas de familiares a la espera de que la comunidad logre para cada una de las viviendas la cédula de habitabilidad. Pero los daños son muy diferentes en cada casa y mientras unas parecen estar listas para entrar a vivir, otras siguen con tabiques en sus paredes y plásticos en las ventanas. Las medidas básicas de seguridad que requería el Concello ya han sido acometidas (desescombrado, pasamanos en la escalera o puertas en todas las viviendas), pero las compañías de los suministros eléctricos deben certificar casa por casa que luz, gas y agua funcionan perfectamente.

Cinco familias, que no tienen la posibilidad de alojarse en otro lugar mientras las reformas continúan, viven en el inmueble desde hace una semana. "Aquí seguiremos, el ánimo no lo perdemos porque si perdemos eso, no nos queda nada", dice María América Mariño, una de las primeras vecinas en volver. El Concello señala que el regreso es bajo su responsabilidad. Ellos lo saben, pero repiten que no tiene otro sitio donde ir.