| Los conciertos de la orquesta París de Noia suelen reunir a cientos de personas, pero ayer la constante amenaza de lluvia y los 12 grados que marcaban los termómetros a las diez de la noche desanimaron a muchos vigueses. Sin embargo, los incondicionales de esta orquesta y del Carnaval se acercaron hasta Porta do Sol para bailar con las versiones del grupo y ver arder al Meco.