La concesionaria de la Autopistas del Atlántico quiso arrancar 2016 con una subida del peaje. Audasa presionó a Fomento el pasado diciembre para que autorizara un incremento del 1% en el canon, pero el ministerio fue categórico en su respuesta. No solo rechazó la petición sino que descartó cualquier aumento del peaje hasta que las obras de ampliación no estuvieran terminadas. Y lejos de aproximarse al final, los trabajos en el viaducto ni siquiera han empezado. Pese a lo que se esfuerza en aparentar la UTE adjudicataria (Dragados ACS y Grupo Puentes), la actividad en Rande continúa en punto muerto cuando el próximo febrero se cumplirá un año desde la colocación oficial de la primera piedra.
Inspección de los pilares por parte de escaladores, instalación de una plataforma para proteger a los vehículos de la caída de posibles cascotes y catas para evaluar las condiciones del terreno. Con esta actividad tan simbólica y poco más, Audasa y las constructoras querían hacer ver al ministerio que las obras estaban en marcha para poder justificar su propuesta de subida del peaje. Pero desde el ministerio aseguran a este periódico que "no hay obligación de subir nada".
Ni apelando al Real Decreto firmado en 2011 por el anterior ministro José Blanco -el que permitió modificar la concesión tutelada por Audasa a cambio de que ampliase la capacidad en algunos tramos de la AP-9, entre ellos, el de Rande y sus accesos-, ni tampoco al rubricado por su sucesora, la actual ministra de Fomento, ahora en funciones, Ana Pastor, quien logró la gratuidad en el viaje de vuelta entre Vigo y Pontevedra. Desde el ministerio admiten que ambos decretos ofrecen la posibilidad de revisar algunos aspectos de la concesión como el que permitiría encarecer el canon. "Pero siempre que el proyecto quede finalizado en su totalidad", subrayan. Y como sus inspectores comprobaron a finales del pasado año, la actuación está parada.
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La alianza de las constructoras Dragados y Grupos Puentes se adjudicó el proyecto de la ampliación de Rande con una oferta de 143 millones de euros, que además incluía la ampliación de los accesos al puente desde Teis. El plazo comprometido para ejecutar ambas actuaciones era de 23 meses. El desigual avance de las obras en cada una de las zonas salta a la vista. Mientras los nuevos accesos al viaducto están prácticamente terminados -salvo en el ámbito de Chapela, retrasados por la oposición vecinal-, en Rande nada se mueve a la espera de que un relevo en el ministerio acepte un cambio radical del proyecto.
A finales del año pasado la concesionaria y las constructoras volvieron a intentar otro cambiazo en el proyecto. En lugar de añadir un carril exterior a cada lado del puente para canalizar los vehículos que circulan entre Vigo y O Morrazo, pretendían sustituir esta propuesta por la consistente en encajar otros dos carriles dentro del mismo tablero, sin adhesiones laterales. Con la intentona de diciembre era la tercera vez que buscaban variar la configuración de la obra. Pero tropezaron con la misma postura que Fomento mostró a la concesionaria en las dos ocasiones anteriores: otro no rotundo.
Basándose en un informe de la Abogacía del Estado, el ministerio rechaza los cambios formulados por suponer "una modificación sustancial" respecto al diseño licitado, que a su vez podría alentar la presentación de recursos por parte de las empresas que participaron en el concurso. Por esta razón, el departamento de Ana Pastor se expresa sin tapujos ante la insistencia de las constructoras, conminándoles a presentar formalmente su renuncia al contrato "si no quieren hacer la obra o no saben hacerla".
Pese a esta advertencia de Fomento, concesionaria y constructoras parecen albergar la esperanza de abordar la obra como proponen. Y con extraordinario empeño. Así y mientras mantienen la actividad en Rande bajo mínimos, con actuaciones muy concretas, casi preparatorias, que podrían valer tanto para seguir con el proyecto comprometido como para el modificado, airean informes interesados con el fin de cuestionar la conveniencia de adosar los dos carriles exteriores al tablero. En la última entrega de esta nueva ofensiva para presionar al ministerio, alertan del "colapso" y el "caos" en el puente con la canalización del tráfico hacia O Morrazo por un solo carril. Sin embargo, los datos que maneja Fomento indican lo contrario.
Solo tomando como referencia el tráfico registrado en 2015, de 51.429 vehículos/día -un 15% menor que en 2009 por efecto de la crisis económica-, los técnicos del ministerio afirman que "no se puede hablar bajo ningún concepto" de que la AP-9 a su paso por Rande tenga actualmente el nivel de servicio "F", el que supone condiciones de circulación forzada con pequeña velocidad y paradas frecuentes debido a la congestión del tráfico.
Pero ni está al borde del colapso ahora ni tampoco con la incorporación del tercer carril, según los mismos técnicos. Considerando unas tasas de crecimiento de tráfico acumulativas de entre el 2,2 y el 2,5% anual, afirman que "queda garantizada la fluidez como mínimo en un horizonte de 20 años desde la finalización de las obras". En concreto, la ampliación llevará la capacidad de Rande hasta los 99.000 vehículos/día "mucho más allá de 2048", año en que finaliza la concesión a Audasa.
Carriles interconectados
En todo caso, si se produjese un repunte extraordinario de tráfico como ocurre en las épocas estivales, una situación de emergencia o una concatenación de accidentes, el proyecto adjudicado ya prevé medidas para evitar el colapso. Por eso está incluida la habilitación de la incorporación y salida de tráfico de la península de O Morado directamente al tronco de la autopista. De hecho, en los planos e incluso en el vídeo divulgado de la obra figuran las zonas de interconexión de los carriles para trasvasar el tráfico en las citadas situaciones.
