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Un monumento que se ha "movido" ya tres veces

A largo de sus casi 120 años de historia el monumento en honor a José Elduayen ha ocupado tres lugares distintos, aunque muy próximos entre sí. El primero, la explanada de A Laxe, en donde se inauguró en el verano de 1896. Casi un siglo después, en 1970, las obras para remodelar el entorno e instalar una oficina de turismo provocaron que la escultura volviese a moverse, en esta ocasión al lado de la entrada principal del Náutico. El último "movimiento" se produjo poco después, en el marco del proyecto "Abrir Vigo al mar", y lo trasladó a su emplazamiento actual, en los jardines de Montero Ríos.

Esa ubicación céntrica lo convierte en uno de los monumentos más característicos, conocidos y emblemáticos de la ciudad. Los jardines en los que se alza son punto de paso frecuente de las rutas guiadas para turistas, en las que se aprovecha para recordar la figura de Elduayen, su importante huella en la España del siglo XIX y su legado en Vigo y la provincia de Pontevedra. Él mismo, en 1896 -el día de la inauguración de la escultura- agradecía a la ciudad un gesto que contribuiría a fijar su imagen en la historia.

"Vigo, que es para mí un gran hogar, intenta salvar del olvido mi nombre y mi recuerdo. Borra el tiempo la más preclara historia y pierde en su constancia mármoles y bronces, aun siendo maravillas del arte... La estatua que hoy vuestra generosa amistad levanta en Vigo no se libra de esa ley inflexible; sea sin embargo esa estatua lo único que debe ser y represente lo único que debe representar: el testimonio de la bondad espléndida con que un pueblo, constante en la virtud y el trabajo, corresponde a quien ha tenido la fortuna de servirlo en sus iniciativas", apuntó Elduayen en una carta de agradecimiento a Vigo.

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