La tensión y el miedo permanece entre los vendedores ambulantes gitanos un día después del tiroteo sobre la marcha que sufrieron tres vehículos del clan de los zamoranos en la autovía VG-20 tras concluir el mercadillo de Coia el miércoles. Tanto temor hay que desde colectivo piden protección policial y judicial ante el temor de que se repitan hechos similares. Los autores de los disparos, presumiblemente del entorno del clan de los Morones, permanecen huidos tras eludir el cerco policial. Al menos dos de ellos han sido ya identificados, aunque no han regresado a sus domicilios habituales.

La treintena de impactos que presentan las pequeñas furgonetas acribilladas en la circunvalación, a la altura del túnel de Valadares, demuestran que el ataque no pretendía dar un susto, sino causar muertos. Las balas, a tenor de los agujeros que dejaron en la carrocería, se dirigieron hacia la cabeza de los conductores y también hacia los órganos vitales de los seis ocupantes, a la altura de los asientos. Lo que pudo ser una masacre, se solventó con una única persona herida de bala en un glúteo que recibirá el alta en las próximas horas. Las víctimas no llegaron a perder el control de los vehículos y evitaron causar un accidente en hora punta. Las pruebas de balística, incluidos casquillos y proyectiles recuperados, han sido remitidos a Madrid

La búsqueda de los turismo que utilizaron los autores del ataque a plena luz del día, especialmente el Golf gris en el que viajaban los pistoleros, es uno de los principales objetivos de las fuerzas de seguridad para dar con los responsables de los disparos. Precisamente por la peligrosidad de los fugados los investigadores mantienen un mutismo total sobre el caso.

Mientras agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil mantienen un amplio dispositivo en Pontevedra que se ha extendido a provincias limítrofes y también a Portugal, la mayoría de los niños gitanos de Vigo y su área dejaron de ir al colegio ayer por miedo. De los 106 matriculados faltaron a clase 61; un 57,5% de absentismo escolar que fue puesto en conocimiento de la Fiscalía de Menores. Las mayores ausencias se registraron en Porriño. En Ribeira, de 78 faltaron 44; y en Ribeira do Louro, de 6 acudieron 3. En Tui, en el CEIP 1 se contabilizaron 7 bajas entre sus 13 estudiantes; en el CEIP 2, faltó el único matriculado; y en Sampaio se ausentaron 2 de sus 4 alumnos. En Tomiño, faltaron los cuatro alumnos de Sobrado.

Los zamoranos temen nuevos episodios violentos y aunque las víctimas no vieron a sus agresores, el colectivo los sitúa en el entorno de los Morones: "otros enemigos no tenemos y Sinaí Giménez anunció que habría sangre", explican.