A principios de noviembre, Diego Fernández se incorporará como investigador postdoctoral a la Universidad de Bristol. Allí podrá cumplir su sueño de dar clase y se incorporará al grupo del neurocientífico Graham Collingridge, una referencia mundial desde que descubrió el papel de los receptores NMDA en el mecanismo cerebral de la potenciación a largo plazo.

"Me pasé la tesis leyendo sus estudios. Hace una investigación puntera y estoy muy contento de poder integrarme en su equipo, uno de los mejores del mundo. Mis estudios allí seguirán relacionados con el alzhéimer y con las subunidades que forman estos receptores NMDA. Mi estancia en Boehringer Ingelheim ha sido clave para que decidiesen aceptarme y participaré en la gestión y desarrollo de fármacos", comenta sobre su futuro.

Apasionado del Celta, Fernández no renuncia a su aspiración de volver algún día a la Universidad de Vigo para trabajar como profesor e investigador. En Bristol seguirá añorando su ciudad, pero también las ventajas geográficas de la pequeña localidad alemana en la que ha vivido los últimos tres años: "Echo infinitamente de menos el mar, pero ahora me va a pasar lo mismo con los Alpes".