A diferencia de otros traslados, la EOXI de Vigo no requerirá escolta para los vehículos sanitarios ni habilitará circuitos cerrados de tráfico al afectar a una autovía y una circunvalación con abundante tráfico. Su intención es ejecutar el traslado "afectando lo mínimo" a la circulación en el casco urbano y por eso se evitarán las colas de ambulancias a las puertas de los hospitales. La subida hacia Beade será secuenciada y se realizará a bordo de diez ambulancias y cuatro UVIs móviles con salidas escalonadas cada cinco minutos desde el Nicolás Peña -de donde saldrá la primera el lunes-, el Meixoeiro y el Xeral. El denominado equipo básico de traslado lo integran el conductor y un enfermero. En caso de que el paciente esté grave o necesite vigilancia específica se sumará un médico y siempre se dará la opción de que un familiar acompañe al enfermo. "El tiempo estimado desde que una persona sale de su habitación hasta que se instala en Beade se calcula en 45 minutos", precisó ayer Félix Rubial, quien aclaró que cada trayecto será individual, a excepción de los pacientes psiquiátricos del lunes donde los facultativos han recomendado que algunos se trasladen en grupos.

Las ambulancias que partan del Xeral saldrán por la avenida de Madrid directamente hacia la autovía y las que salgan del Nicolás Peña pasarán por Pintor Colmeiro y bajarán por Castrelos para subir por Clara Campoamor. Desde el Meixoeiro el movimiento es mucho más sencillo y rápido.

Desde el Sergas insistieron ayer en que el diseño del protocolo se realizó intentando combinar la "seguridad" como principio rector con la necesidad de reducir al máximo los tiempos de traslado y los trastornos a los pacientes. De ahí el esfuerzo en los últimos días por rebajar los ingresos y por hacer coincidir el cambio en pleno mes de agosto.