Pablo Beiro Diz, histórico deportista vigués, fundador del club deportivo Amfiv y concejal del Partido Popular desde 2009, falleció ayer en Vigo a los 52 años de edad tras una enfermedad que le tenía apartado desde hace meses de la vida pública. Su prematura muerte generó una honda conmoción y despertó numerosas muestras de condolencia en la ciudad. Sus compañeros del PP vigués transmitieron su "más profundo pesar" y los asistentes a la convención que el partido celebra en Santiago le dedicaron una ovación cerrada. El Amfiv suspendió el partido que tenía previsto celebrar ayer por la tarde. Hoy a las 17.45 horas, está previsto el traslado de sus restos mortales desde el tanatorio de Pereiró a la iglesia de San Miguel de Oia, parroquia en la que tenía su residencia. En el templo se oficiará una misa de cuerpo presente previa al entierro y el lunes tendrá lugar el funeral a las seis, también en San Miguel.

Beiro era una persona muy querida en Vigo por su intensa labor en el ámbito deportivo y social, en especial para contribuir a superar las barreras a las que se enfrentan a diario las personas con discapacidad. A lo largo de su trayectoria recibió varios galardones. En 2000 fue nombrado Vigués Distinguido y también se le premió como mejor deportista gallego. Además de fundar en 1982 el Amfiv, equipo de la élite del baloncesto nacional en silla de ruedas en el que militó durante muchos años y también presidió, fue el promotor de la Asociación de Lesionados Medulares y Minusválidos Físicos.

Quienes conocían a Beiro, que regentaba un kiosco en Canido como trabajador de la ONCE, destacan de él su tenacidad, inconformismo, optimismo y su gran corazón. Por su larga trayectoria y esfuerzo era considerado una de las grandes personalidades del deporte vigués.

En política se integró en las filas del Partido Popular hace 21 años y formó parte de la lista a las elecciones municipales en varias ocasiones, pero su entrada como edil en el Concello se produjo en 2009. Fue el primer concejal en la historia de la Corporación en silla de ruedas, un factor que para nada supuso un condicionante en su cometido.

Desde el principio dejó clara su voluntad. "Lucharé por que Vigo deje de ser una ciudad llena de barreras arquitectónicas", manifestó entonces, y al entrar a formar parte del pleno expresó su vocación de volcarse políticamente en el apoyo a los discapacitados y al fomento del deporte.

En un comunicado el PP vigués lamentó ayer que su pérdida "supone un duro golpe para cuantos conocieron y tuvieron relación con nuestro querido compañero, tanto en la faceta personal como política o deportiva". Y añade: "Pablo pasa a la historia de la ciudad por muchos motivos, pero sobre todo como un hombre bueno, que siempre estuvo dispuesto a ayudar a los suyos y a sus amigos, y para el que el Partido Popular era mucho más que una formación política". Sus compañeros de filas en el PPdeG tuvieron un recuerdo en la convención que celebran en Santiago tras recordar su pérdida el secretario general de la formación, Alfonso Rueda.

El concejal Roberto Relova fue el primero en hacerse eco de la muerte con un mensaje en su cuenta de twitter. "Falleció Pablo Beiro, compañero de la corporación del Concello de Vigo. Terrible noticia, mi sentimiento de cariño y apoyo a toda su familia", expresó. A partir de ahí se produjeron numerosas muestras de condolencia y la noticia causó gran consternación.

El dolor es especialmente intenso en el mundo del deporte, al que Pablo Beiro dedicó buena parte de su existencia. El silencio se apoderó del pabellón de Bouzas a la hora en que debían rechinar las ruedas y crujir los tableros. No estaba la plantilla del Amfiv, una familia cobijada por Beiro, en condiciones de disputar su encuentro contra el Grupo Norte. El luto se extendió a otras canchas, como la del Cortegada, donde antes de su derbi con el Celta Selmark se guardó un minuto de silencio.

Pablo Beiro es un personaje central en la historia del deporte vigués y gallego. Uno de sus grandes dirigentes, aunque también ejerciese como jugador. Compone, junto a presidentes todavía en activo como Guillermo Touza, Javier Rodríguez y Paco Araújo, una generación irrepetible. Junto a ellos afrontó numerosas batallas en el empeño de mantener vivas sus entidades pese a los embates de la crisis, que en el deporte comenzó antes y ha sido especialmente intensa.

Beiro sólo se apartó del día a día del Amfiv en los últimos tiempos, gracias al paso adelante de su sobrino José Antonio, aunque llevaba años amenazando con retirarse a un segundo plano. "Y no me creéis", le decía a su interlocutor, con su vozarrón y su cara de enfado, que no podían ocultar su ternura. Todo en Beiro era rotundo, especialmente su sonrisa.

El Amfiv era demasiado especial para él. Su criatura. Beiro quedó parapléjico a raíz de una deficiente operación quirúrgica. Ya en la clínica de rehabilitación de Toledo tomó la decisión de emplear el deporte como vía de recuperación. A su vuelta a Galicia sembró en lo que era entonces tierra yerma. Creó junto a un puñado de amigos la Asociación de Minusválidos Físicos de la Provincia de Pontevedra; después, la de Vigo, ese Amfiv que ha promovido la vida activa de las personas discapacitadas en numerosos deportes (Chano Rodríguez comenzó allí), aunque el baloncesto en silla de ruedas haya sido el mascarón de proa.

Él jugaba, además de dirigir el club, cuando en 1992 se consiguió el primer ascenso a División de Honor. Y seguía en activo en 2000, cuando se recuperó la categoría tras varios años de renuncia por estrecheces financieras. El Amfiv se mantiene en la elite desde entonces, con dos subcampeonatos de Europa entre otros logros. Con todo, su mayor orgullo era la actividad de la escuela.