Rafael Rodríguez "padre" fundó -junto a su mujer- su negocio en 1944 como papelería, librería y cerería, una revolución en aquellos tiempos. Fue su hijo Rafael, el actual responsable del local el que introdujo ya hace varias décadas la temática de Tintín, convirtiendo al establecimiento en el punto de venta oficial del "merchandising" del personaje creado por Hergé. Junto a todo esto, convivían decenas de imágenes de santos, libros y souvenirs, lo que convertía este espacio en un lugar único en la ciudad.

"Es un sitio muy emblemático, siempre intentamos ser pioneros, tener cosas que nos diferenciasen. ahora es Tintín pero hubo cosas de Moebius, Corto Maltés, Spirou...", reconoce Rafael Rodríguez, que destaca que se marcha "en contra de su voluntad" de una manera un tanto "repentina" y dolorosa. "Me fastidia porque me he educado aquí, es como el salón de mi casa. Hay gente que viene cada año para vernos exclusivamente", admite Rodríguez, expresando también su preocupación por la pérdida de referentes culturales en el barrio histórico vigués.

"Deberían ayudar más al emprendedor de estos negocios. Yo siempre defendí el nombre de Vigo y eso no se tiene en cuenta. Llevamos aquí 60 años sin pedir nada y no creo que haya muchos ejemplos", proclama Rafael Rodríguez, que manifiesta que ha recibido "muchos apoyos" desde que dio a conocer su marcha.

Para él, no resulta nada sencillo desmontar en unos días lo que tantos años se tardó en conseguir. La mudanza a Torrecedeira le hará cambiar algo la concepción del negocio, aunque la esencia se conservará. "Es un público, bonito, estudiantil y no de trasiego como aquí -en referencia al Casco Vello-", explica Rafael, que echará de menos esta ubicación. "Me voy en contra de mi voluntad", zanja.