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Alumnos del programa de mayores de la Universidad de Vigo

La Universidad gradúa a sus estudiantes más "veteranos"

Cuarenta alumnos del programa para mayores de 55 años reciben el reconocimiento al acabar sus ciclos

Los alumnos graduados celebran su reconocimiento en la Escuela de Empresariales. // Marta G. Brea

Como cualquier veinteañero tras licenciarse, la ilusión brotaba de las caras de los cuarenta alumnos del programa de mayores de la Universidad ayer en la Escuela de Estudios Empresariales, lugar escogido para celebrar el acto de graduación de la décima promoción de graduados universitarios -33 alumnos- y la octava de graduados superiores -siete estudiantes, con una media de edad que ronda los 62años, algo más baja que las de anteriores años. El vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales de la Universidad, Manuel Fernández Iglesias, fue el representante de la institución académica en el evento.

El programa, que nació en 2002, ha permitido a cientos de personas mayores de 55 años revivir tiempos pasados y, en otras ocasiones, acercarse a la vida universitaria por primera vez. La fiesta celebrada ayer en la Escuela de Empresariales fue el colofón perfecto para muchos de ellos pero no el punto final, ya que la gran mayoría continuará estudiando otras materias al quedar totalmente enganchados a esta nueva vida.

"Me gustó mucho regresar a las aulas, volver a recordar viejos tiempos", destaca María Graciela Coello, de 65 años, que ha completado los cinco años del programa, al igual que Manolo Rodríguez, jubilado de la banca de 68 años, que "hace un balance muy positivo" de esta aventura, en la que ha tenido la oportunidad de compartir aula en el Cuvi con estudiantes de grados y licenciaturas: "Era algo extraño pero la mayoría nos recibía muy bien".

La intervención de una representante de los alumnos, María Xosé Villares, durante el acto, puso la nota emotiva de la jornada con su discurso titulado "Qué bonito es saber", en el que realizó un repaso de toda la convivencia de esta promoción durante los últimos años. "Fue una decisión estupenda llegar a este programa, haces lo que te gusta, conoces gente", afirma Villares.

No faltó como en cualquier acto de graduación el padrino de la promoción. Alfonso Castaño, profesor de Historia del Cine en el programa, fue el elegido por los alumnos para intervenir en la celebración, algo que él "considera un honor". Castaño resalta lo "especial" que resultó la convivencia con sus alumnos, "tan válidos como cualquiera" por su entrega y preparación.

El momento de entrega de diplomas y la banda conmemorativa también resultó especialmente emocionante para los estudiantes, que fueron subiendo uno por uno al escenario. "Hace muchísima ilusión, es mejor que el que podíamos tener en nuestra etapa universitaria porque ahí aún había suspensos, aquí aprobamos todos y eso es estupendo, está genial", explica Ramón Fernández, ingeniero técnico de 67 años que estuvo acompañado de su mujer, "encantada" con tener un estudiante a su lado en casa.

Las voces de los integrantes del Coro Universitario fueron el fin de fiesta perfecto para estos cuarenta "veteranos" que demostraron que su generación todavía tiene mucho que aportar a la sociedad, algo que demuestran en un programa que a muchos les ha cambiado para mejor la vida. "Estaba en el paro y en vez de quedarme en casa me apunté y la experiencia no puede haber sido mejor", indicaba Marina Troncoso, otra de las alumnas graduadas. Para ella y para el resto de la promoción, el de ayer es un día que quedará grabado en su memoria y que no olvidarán jamás.

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