El traslado de las empresas de rent a car pone hoy fin a la remodelación de la terminal de Peinador, una ambiciosa obra que arrancó en octubre de 2010. El último tramo que aún permanecía acotado con una lona quedó abierto a mediodía y todo el interior está despejado, tanto en la planta baja, -donde se encuentran los mostradores de facturación, restaurante y cafeterías, quiosco, oficinas de las compañías y demás servicios para los usuarios-, como en la primera, restringida a los pasajeros que embarcan y los que llegan. Solo una franja exterior sigue cerrada por obras que concluirán próximamente.

La nueva terminal, diseñada por el arquitecto César Portela, casi triplica la superficie de la anterior al ampliarse por ambas alas y pasar de 8.713 metros cuadrados a 22.000. El único rastro que quedaba ayer de la remodelación interior eran flecos en los que trabajaban distintas subcontratas, como la colocación de un mural del artista Rafael Alonso a cargo de técnicos de la empresa Acanto, y el acondicionamiento de oficinas. Los quioscos de rent a car en el ala que limita con la torre de control (la de llegadas), serán retirados, lo que abre las vistas a un jardín-terraza de la nueva cafetería.

La orientación para los usuarios de la terminal es sencilla, ya que puede observarse todo el espacio público desde cualquier punto. Además el edificio ha "crecido" un metro y medio y parte de la fachada principal es ahora de cristal. Con la luz natural y el diseño renovado ha ganado claridad.

Los mostradores de facturación se mantienen en 14, mientras que las puertas de embarque pasaron de cuatro a diez. El presupuesto global bajó de 43,8 a 38,8 millones por la política de austeridad de Fomento, lo que limitó las obras interiores en la terminal vieja, pero toda la imagen es homogénea. Peinador arranca así nuevo ciclo con instalaciones modernizadas.