Una doble investigación tratará de esclarecer el accidente entre el pesquero Mar de Marín y el mercante Baltic Brezee en la Ría de Vigo, por un lado la judicial a cargo del Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, y por otra la de la Comisión de Investigación de Accidentes Marítimos, organismo adscrito al Ministerio de Fomento. Ambas discurren de forma paralela y tienen en los supervivientes del naufragio y en el capitán del buque de carga a los principales testigos del siniestro, aunque no los únicos. El sistema AIS de ambos buques, así como la caja azul del pesquero y el GPS, registraron el recorrido que siguieron ambos barcos hasta su colisión. También resultan determinantes las conversaciones que el capitán de costa del Mar de Marín mantuvo con el Centro de Control de Salvamento de Vigo cuando creyó que el mercante había errado el rumbo y le venía de frente.

La Policía Judicial interrogó ayer por la tarde al capitán del mercante y también recogió a bordo distintas pruebas, mientras que varios buzos comprobaban los daños en la proa del carguero. La declaración del capitán deberá repetirse en el juzgado. También integrantes de la Comisión de Investigación de Fomento se trasladaron ayer a Vigo para comenzar sus indagaciones. En las próximas horas también se escuchará a los supervivientes del naufragio en la Capitanía marítima.

El juzgado instructor, el número 7 de Vigo, agotaba sus últimas horas de guardia cuando sucedió el siniestro, ya que esa mañana siguiente había el habitual cambio de tribunal de todos los martes. La magistrada a cargo de la investigación es Carmen García Campos, que también dirige la Operación Patos contra la corrupción o la presunta estafa a comunidades de vecinos del caso Bautista.

Se espera que en las próximas horas la juez tome declaración al capitán del mercante. Mientras, ayer al juzgado fueron los familiares de los tres marineros muertos. Rotos por el dolor y acompañados por el armador del pesquero y trabajadores de la funeraria, acudían al mediodía para los trámites oportunos para que les pudiesen ser entregados los cuerpos de los suyos. El hermano de Hassam Boudra, el marinero marroquí residente en Marín fallecido, acudió con miembros de la comunidad islámica. "Siempre trabajó en el mar, tanto aquí como cuando vivió en Canarias", afirmaba este familiar, que destacaba que su hermano, casado y con hijos menores de edad, tenía "mucha experiencia". "Toda la familia está mal, tanto los que vivimos aquí como los que están en Marruecos", afirmó.