El 28 de marzo de 1964, hace ahora medio siglo, se produjo la cesión definitiva de los castillos de San Sebastián y de O Castro, con lo que Vigo recuperaba el dominio de todo el monte. Era el alcalde José Ramón Fontán y dio fe de las escrituras el notario Alberto Casal Rivas.

La administración municipal adquiría la plena propiedad de los citados castillos, incluidos los barracones de Intendencia levantados en las proximidades de la entonces llamada Plaza de la División Azul, hoy plaza del Rey y parte del antiguo Campo de Granada.

Culminaban así las gestiones iniciadas en su tiempo por el alcalde Mauro Alonso González-Cuenca "y llevadas a feliz término en la época reciente en la que el señor Varela Grandal hubo de asumir las funciones de la Alcaldía".

Acto solemne

La firma de las escrituras de entrega tuvo lugar en un solemne acto celebrado en el Salón del Trono del Gobierno Militar. Concurrieron las primeras autoridades civiles y militares, con la Corporación en pleno y ocupó un lugar preferente el Obispo de la Diócesis Fray José López Ortiz.

Se inició el acto con la lectura, por el notario Alberto Casal Rivas, de la correspondiente escritura por la que el Ministerio del Ejército hacía entrega de los citados castillos al Ayuntamiento de Vigo, con lo que a partir de dicho momento pasaban a ser de plena propiedad del municipio. Seguidamente firmaron el acta el Gobernador Militar, general Palacios Rodríguez, en representación del Ministro del Ejército y el alcalde como presidente de la Corporación.

Terminados los trámites protocolarios, el señor Fontán González intervino para expresar su complacencia y la satisfacción de la ciudad por dar cima a un a de las aspiraciones más vivamente sentidas por Vigo durante los últimos tiempos y expresó la profunda gratitud de todos los vigueses hacia las personalidades del Ministerio del Ejército que en todo momento, acogieron con suma atención y simpatía las peticiones que les fueron elevadas, dedicando frases elogiosas de un modo especial al titular del departamento.

Contestó el general Palacios Rodríguez, señalando que transmitiría al ministro y al subsecretario del Ejército los sentimientos expresados por el alcalde de la ciudad "a la que todos deseamos que siga el camino emprendido hacia los altos destinos que sin duda le están marcados".

El Concello abonó por esas propiedades cuatro millones de pesetas que se pagaron en tres plazos y el Regimiento de Infantería de Murcia Nº 42, que se repartía entre los dos castillos y el Palacio de Justicia de la calle del Príncipe, pasó al cuartel de Barreiro, también desaparecido.

En marzo de 1934

Treinta años antes, el 23 de marzo de 1934, el Congreso había aprobado una ley cediendo a Vigo el dominio del monte del Castro, con lo que culminaba así un proceso iniciado en los primeros años del siglo pasado, pero no quedaban comprendidos en ese reconocimiento los edificios que en ese momento estaban en posesión del Ramo de Guerra y que quedaron como protección del acuartelamiento de parte de la tropa.

Al tener conocimiento de ello, la Corporación hizo constar el agradecimiento del Ayuntamiento a todas las personas que intervinieron en pro de que el Castro, fuese reintegrado a nuestra ciudad.

Pero fue el 14 de abril de ese mismo año, siendo alcalde Ángel Campos Varela, cuando se firmó el acta definitiva de cesión del los terrenos del monte del Castro a la ciudad.

El Estado reconocía de manera definitiva a la ciudad de Vigo "el dominio de los terrenos llamados monte del Castro, a fin de destinarlos al establecimiento de un parque, jardines u otros fines públicos y en el documento de cesión se señalaba expresamente que en ningún caso, esos terrenos podrían ser objeto de enajenación o gravamen".