La mayor obra de rehabilitación del Casco Vello estará finalizada el próximo mes de mayo para convertirse en una referencia del barrio viejo y devolver a la rúa Real el aspecto que tenía en el siglo XVIII. Los trabajos en los cuatro inmuebles -números 29, 31, 33 y 26 de la rúa Alta- avanzan sin pausa y la estructura ya está lista para iniciar la construcción de las oficinas que sirvan como sede de los Registradores de la Propiedad en Vigo. Después de casi un año, la reforma ha superado ya la fase más complicada. Algunos muros sin capacidad portante para el nuevo uso y suelos con el firme profundo obligaron a reforzar los cimientos de los cuatro edificios. Pero a lo largo de los últimos meses también ha habido agradables sorpresas, como el hallazgo de elementos escondidos por las sucesivas obras y la recuperación de las piezas originales que pondrán en valor los interiores y las fachadas decimonónicas.

El Concello de Vigo otorgó en junio de 2012 la licencia definitiva para la reforma de los edificios y el Colegio de Registradores adjudicó la obra a la Constructora San José con un plazo de ejecución de trece meses. La flamante sede dispondrá de unos 3.000 metros cuadrados útiles construidos gracias al proyecto del estudio de arquitectura vigués Irisarri-Piñera. La reforma comenzó en noviembre de 2013 y se espera que esté finalizada en marzo de 2014, aunque su entrega a los propietarios será posterior y el traslado de los seis registros tendrá que retrasarse unos meses más de lo esperado.

El Plan Especial de Reforma Interior (Pepri) del Casco Vello obliga a respetar las fachadas, muros, piedras, barandillas, arcadas y cerámicas, al igual que los elementos arquitectónicos singulares que todavía se conservan en el número 33 de la calle Real, edificio construido en el año 1763 y que todavía dispone junto a uno de sus balconadas del blasón nobiliario de la Casa López Araújo. El escudo ya ha sido sometido a una profunda limpieza y actualmente está protegido para conservarlo en buen estado. De la misma forma, la práctica totalidad del perímetro en obras queda oculto por andamios y lonas que evitan las miradas de los curiosos. Sin embargo, desde el exterior es visible parte de la planta baja, donde luce el antiguo conjunto de arcos, uno de los elementos más singulares de la construcción.

Los cuatro edificios fueron adquiridos al Consorcio del Casco Vello -participado al 90% por la Xunta y al 10% por el Concello- en junio de 2011 por un precio de 3,36 millones de euros. Además, el coste de la rehabilitación ronda los tres millones y el Colegio de Registradores se compromete a establecer su sede en los edificios durante "al menos diez años".

El organismo público, a cambio, asume la reforma del entorno para que los servicios registrales puedan desarrollarse sin problemas. De esta forma, el número 27 de la rúa Real será también rehabilitado e impedirá que afee el conjunto. La trasera de la sede de los registradores también mejorará sustancialmente con la puesta en marcha del Centro Galego de Fotografía, ubicado en la calle Eduardo Chao, por parte del Concello.

Los registros se encuentran actualmente en la calle Luis Taboada, junto a la Alameda, y su espacio es muy reducido, por lo que con el traslado ganarán los metros cuadrados que precisan.