La Universidad de Vigo abandera la investigación aeroespacial en Galicia. Suyo es el primer satélite autóctono puesto en órbita, el XaTcobeo; en noviembre prevé lanzar el segundo (Humsat) para aplicaciones humanitarias; y prepara ya un tercero, el Femtoxat, que podría convertirse en el más pequeño del mundo. La institución académica cuenta con cinco grupos especializados y ya ha surgido en su seno la primera spin-off del sector, Quantum Innovative. La iniciativa privada en este campo al margen de la Universidad es inexistente en la ciudad, pero el vicerrector de Transferencia del Conocimiento, José Antonio Vilán, considera que el futuro puede ser prometedor, aún más con la incubadora de empresas de transferencia de tecnología aeroespacial que promueven Zona Franca y la Fundación Incyde.

-¿Cree que la incubadora será el impulso definitivo para el desarrollo del sector?

-Desde luego va a ser un pilar fundamental en la creación de este tipo de industria en Galicia.

-¿Qué aportará el centro?

-Aparte de permitir a las empresas compartir espacio se plantea formación, visitas de empresas extranjeras con experiencia en el sector aeroespacial, e incluso poder montar un laboratorio de homologación de satélites aquí... Habría muchas posibilidades para potenciar el sector.

-¿Participará en el proyecto la Universidad?

-Ya están hablando con nosotros porque tenemos la experiencia técnica. Nos implicaremos a fondo y vamos a colaborar en todo lo posible.

-De momento la Universidad ha apostado en solitario por el sector aeroespacial. ¿Por qué no se implica la empresa privada?

-La línea de investigación, diseño, desarrollo y construcción aeroespacial no existía en Galicia. Prácticamente fuimos nosotros los iniciadores y la consideramos un área estratégica. Hay empresas de aeronáutica, pero el aeroespacial es un sector tremendamente complejo, tecnológicamente muy avanzado, y es difícil entrar. Nosotros lo hicimos con ayuda de terceras partes, la Universidad de California, universidades rusas y japonesas, apoyo del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial),? necesitamos mucho apoyo. Accedimos de la mano de la ESA (Agencia Espacial Europea) al ganar el concurso para lanzar el XaTcobeo en el cohete Vega. Fue un éxito absoluto que nos empujó a seguir adelante en el segundo satélite, que ya ha pasado las últimas pruebas de funcionamiento en la ESA y han sido todas favorables. Pero en el ámbito privado resulta difícil conseguir ese apoyo y las empresas no apuestan por algo tan incipiente.

-¿Es viable con ese condicionante crear un tejido empresarial?

-Absolutamente. Nuestra intención no ha sido dedicarnos a la investigación básica, sino que siempre quisimos ser capaces de construir en Galicia un satélite comercial y explotable. Xatcobeo era cien por cien científico, con tres misiones, Humsat-D ya tiene una aplicación comercial para transmitir información relacionada con servicios humanitarios aunque puede utilizarse para otros fines como medir la temperatura en cualquier parte del globo a través de sensores en tierra que emitirían la señal de esa variable al satélite y lo recibiríamos después en nuestras antenas.

-¿Y cómo se transfiere esa investigación de la Universidad a la iniciativa privada?

-A través de spin-offs o vía cesión de licencias de explotación a terceras empresas.

-¿Disponemos ya de los medios necesarios para crear ese tejido?

-Tenemos todo: investigadores y equipamiento,. XaTcobeo por ejemplo ha sido en un 90% fabricado en Vigo. Contamos con las herramientas, quizás falte financiación.

-¿De las administraciones o de las empresas?

- Inicialmente tienen que ser las administraciones las que empujen porque las empresas aún no arriesgan, y después habrá un momento en el que demos el salto. Con cuatro o cinco años más de apoyo público podríamos darlo. La Xunta debería hacer un pequeño esfuerzo en ese sentido. Las expectativas en el campo de los microsatélites, nanosatélites y picosatélites en los próximos 20 años son abrumadoras, habrá una explosión económica con cifras de cientos de miles de millones de euros en todo el mundo. Las aplicaciones son infinitas.

-¿Podría haber sinergias con la industria ya instalada en Vigo?

-Todas las empresas del cinturón del automóvil por ejemplo tienen maquinaria y equipos que se prestan para trabajar en el sector aeroespacial. Habría colaboración en los dos sentidos. Podríamos utilizar nosotros equipos suyos y transmitirles a ellos avances que existan en el espacio.