En cuanto al origen de los recursos de Cáritas Diocesana, Ángel Dorrego explicó ayer que un 45% procedió el año pasado de subvenciones y otro 55% fue aportado por colaboradores y fieles: donantes -26%-, colectas parroquiales -8%-, obras sociales y fundaciones -7%-, socios -5%-, usuarios de la escuela infantil -4%-, empresas -3%- y otros -2%-. Vigo se encuentra a diez puntos de distancia de la media de las diócesis españolas, donde lo habitual es que hasta el 65% de los fondos sean aportados por donativos. "En términos anuales no recibimos ni un euro por habitante y año", explicaron los responsables de Cáritas, que achacan la "menor solidaridad" del área de Vigo "a una población más joven, los efectos de la crisis y el que se trate de una de las zonas con menor porcentaje de presencia en el culto los domingos junto a varias ciudades catalanas".

Para combatir esta situación, el delegado de Acción Caritativa y Social de la entidad, Jaime Barrecheguren, aprovechó para presentar una campaña específica para desarrollar coincidiendo con la Semana de la Caridad y cuyo objetivo es "evitar que la pobreza se cronifique en muchos hogares" y que parte de la sociedad se "insensibilice" ante una realidad que parece no tener solución.

La campaña "Compartir é Repartir" anima a los vecinos de la diócesis a compartir un día de salario con las personas necesitadas. Está dirigida a "personas con mayor poder adquisitivo, a la sociedad y a la comunidad eclesial para "comprometerse con aquellos que se están quedando al borde del camino". A lo largo de la Semana de la Caridad se realizará en muchas parroquias el gesto "Ocho campanadas para que otro mundo sea posible", que se repetirá el jueves 30 a las 20.10 horas en Santiago de Vigo. El jueves se realizará la cuestación por las calles para quienes quieran colaborar y a las 20.30 en Santiago el Mayor el obispo oficiará una eucaristía.