Empieza mayo y con él la temporada de baño. Por eso el 30 de abril de 1878 se anunciaba la apertura al público de "La Iniciadora "que tan señalados servicios y crédito presta a esta población desde que el Sr. Soto, dotado de una actividad y un sentido práctico propio del hombre de empresa, ha puesto una altura tal que los elogios se hacen generales en cuantos recorren la casa, pues nada deja que envidiar a las de su clase, tanto en la posición, en la comodidad como en el lujo".

Personas que en el extranjero y América han visto casas de baños, convienen unánimes que "La Iniciadora", era digno rival de las mejores de ellas, "pues cuenta hoy con 75 habitaciones, doce con bañeras de mármol, la mitad para el servicio de hombres y la otra para mujeres". Tenía un gran salón de descanso, dotado con un piano, gabinete de lectura y restaurante, todo esto bajo un techo pintado y alegre, "donde las brisas del mar juegan agradablemente con las enredaderas y el espíritu del local, hasta el punto que al encontrase dentro de él, cree uno que ha salido muchas leguas lejos del apático y raquítico concepto del país gallego, que tan descuidado tiene el buen gusto y hasta las más indispensables comodidades en establecimientos de esta y otra especie".

"La Iniciadora" había abierto sus puertas al público el 10 de julio de 1876. Levantada de nueva planta en la playa de las Baterías, "que puede decirse, radica en el centro de la población, atendiendo a las distancias, no a la materialidad geográfica".

Esta casa, espaciosa sólida y elegantemente construida, fue visitada ya de día, ya de noche, por un gentío numeroso que al recorrer sus pabellones y salón de descanso, indudablemente se preguntaba si era una realidad lo que veía, si Vigo, que por esos días mostraba a la vista de los forasteros unas barracas de lona en aquella concha de playa, podía lucir este año una casa de baños," tan buena como la mejor de su clase que encierre la Península, y más grande que muchas de las que llevan fama por los bañistas".

Sr. Soto, su propietario, obsequió con un refresco a muchas personas de antemano invitadas al acto; ostentando el salón de descanso arañas de cristal y vegetales de esmerado gusto, portiers de royal y un piano, que algunos concurrentes quitaron de su silencio tocando ligeros bailables, aplaudidos por la concurrencia.

Desde la calle Real daban principio los faroles de colores a la veneciana, los cuales seguían a lo largo la bajada de la muralla de la batería e iban a concluir al extremo opuesto de la Casa de baños, al pie del templete que ocupaba la música del pueblo, organizada nuevamente bajo la dirección del joven Sr. Pereira.

Al año siguiente, el establecimiento volvía a ser noticia pues se anunciaba su apertura con motivo del inicio de la temporada: "La Iniciadora" vuelve a prestar sus servicios desde hoy. Su propietario, deseando que en el referido establecimiento no se eche nada de menos, así en la comodidad como en el servicio, "ha montado nuevas habitaciones para baños sulfurosos, independientes de la Casa, así como también baños de chorro, aumentando el numero de los calientes".

El aseo de la casa era excelente, y en ella había además "túnicas y elásticos para tomar el baño, por alquiler y a la venta, lo mismo para señora que para hombre", lo que unido a las ventajas que el establecimiento ofrece hoy a los bañistas, hacen de "La Iniciadora", uno de los establecimientos más elegantes y económicos de dentro y fuera de Galicia, debiendo hermosearse su recinto con flores y enredaderas, tan pronto como el municipio realice la obra que en Las Baterías tiene determinado.

Si a esta casa de baños sigue pronto la que el Sr. Trelles tiene proyectada y en obra en la playa de Guixar, "Vigo puede satisfacer las más exigentes peticiones de los bañistas, disfrutando de toda clase de comodidades y recreo".