David Reboredo, que disfruta este fin de semana de un permiso en su casa, es el ejemplo más mediático de que rehabilitarse es posible. A pesar de que no consume desde hace cuatro años, destaca que su lucha contra las recaídas continúa y da las claves para poder lograrlo.

-¿Cuánto tiempo lleva rehabilitado?

-Llevo sin consumir cerca de cuatro años.

-¿Cómo fue el proceso?

-Largo y complicado. Llevo desde los 18 años metido en esto y tengo 44. Hubo épocas en las que estuve bien, volví a recaer y pasaba años muy malos. Aún sigo peleando. Las recaídas siempre están ahí. Estas bien y de repente... No sabes bien ni por qué vuelves a caer.

-¿Qué es lo más importante para conseguirlo?

-Si uno mismo no está convencido, por mucho que digas que lo haces por tu familia o tu pareja, te estás engañando. Para lograrlo, lo primero es que uno mismo esté convencido.

-¿Y cómo llegaste a ella?

-Después de muchos años. Al final estás hastiado. No es como antes, solo le ves cosas negativas. Te das cuenta de que cuando lo dejas mejora la salud y todo; empiezas a vivir. Mientras estas enganchado no vives, todo se centra en conseguir la dosis. Cuando empiezas a ver lo que es la vida de verdad, te convences de que por el otro camino no vas bien y que si vuelves a caer vas a perder todas las cosas lindas y a la gente.

-¿En qué instituciones te apoyaste?

-Llevo en Cedro desde que estaba en la calle Uruguay (de 1985 a 1990). Probé con todo: con naltrexona, una pastilla con la que luego no te colocaba la droga; y luego con metadona. Aunque haya gente que no tenga un buen concepto de ella, te permite llevar una vida normal. Hay miles de personas que la toman; si no, se estarían buscando la vida delinquiendo en la calle.

-¿Crees que tu caso puede servir de ejemplo a otros?

-En el Grupo Imán ya lo he vivido con mucha gente. Cuando vienen porque quieren dejarlo, tratamos de que vean que hay otras cosas. Yo me pongo como ejemplo porque, tras veinte años de consumo, demuestro que es posible dejarlo. Ver que se puede hacer igual les vale.

-¿De los que se lo proponen, cuántos lo consiguen?

-Creo que más de la mitad lo consiguen. Ahora se ha mejorado mucho. Aunque no se rehabiliten del todo, con la metadona logran llevar una vida normalizada. No es lo de los 80'.