Cuando el "bou" coruñés se dirigía a Vigo, trayendo a bordo los dos supervivientes, encontró en su ruta, a unas diez millas de las islas Cíes, a la trainera "Azaña".

El "bou" se acercó a la lancha que estaba anegada, "pero los tripulantes del pesquero la achicaron y tomaron a remolque, trayéndola hasta nuestra bahía, don de se halla".

El dueño de la embarcación es un señor conocido en Cangas por Godoy.

La dotación de la trainera "Azaña" la componían 25 hombres, pero la embarcación se hizo a la mar con 24. Uno de ellos se salvó de la muerte por haberse quedado dormido y haber llegado al muelle de Cangas cuando ya había zarpado la lancha.

Se decía, y el FARO se hacía eco de ello a título de información, que dos de los 24 hombres que iban a bordo de la trainera eran de Bueu. "Si ello es cierto, también la pintoresca y progresiva villa de la ría de Marín habría perdido a dos de sus esforzados marineros en esta tragedia".

El periódico sumaba su dolor "al duelo inmenso que siente la villa de la otra banda de la ría, que desde anoche siente la indescriptible congoja de haber entregado a las implacables ondas de la insaciable mar veintidós de sus hijos. Son 22 familias, pobres todas ellas, que quedan sin pan, porque ha muerto el que lo ganaba, el que, en lucha diaria con las olas, robaba al ancho mar el sustento cotidiano de los suyos".

La ausencia definitiva de esos hombres "es el hambre y la miseria inmediatos para sus hogares". Por eso, "la Corporación municipal de Cangas, en sesión extraordinaria, tratará la situación en que se han quedado esas 22 familias".