El exalcalde socialista Carlos Príncipe recogió ayer el burofax de la ejecutiva local del PSOE en la que le abre expediente disciplinario y propone al comité federal la suspensión cautelar de militancia. Tras examinarlo, Príncipe calificó el escrito de "vulgar purga política". El exregidor rechaza los cinco puntos que esgrime la comisión para justificar la medida y lamenta que "quieren prohibir que piense y que hable". "Digo en voz alta lo que millones de españoles piensan en voz baja: que se han cometido gravísimos errores políticos y la prueba es que la situación del partido y el país es muy mala".

La ejecutiva basa el expediente en "falta de solidaridad manifestada públicamente en contra de las decisiones y actitudes adoptadas por los órganos competentes del partido"; "hacer públicos a través de prensa escrita, radio y televisión, así como de páginas web opiniones, ideas y comentarios opuestos a la línea política del partido"; "la indisciplina reiterada en relación con las decisiones de las instancias competentes del partido"; "menoscabar la imagen de los cargos públicos e instituciones socialistas"; y "actuar contra los acuerdos expresamente adoptados por los órganos de dirección".

El exregidor durante el periodo 1991-1995, que regresó el martes de un viaje vacacional por la India, lamenta que el expediente "ni siquiera viene documentado con ninguna información concreta, sino que es una causa general", y considera la apertura "un atropello político de los derechos democráticos". Príncipe ya prepara el escrito de defensa y advierte de que hará uso de "todos los derechos que da el partido, agotando las vías internas, y también de los derechos que da la Constitución".

También carga el exregidor contra la designación de Juan José García Costas como secretario del expediente. "Es un señor que montó otro partido y compitió contra el PSOE como miembro de una candidatura en 1999", recordó, en alusión a su presencia en la lista de Progresistas Vigueses. Príncipe se muestra convencido además de que detrás de su expediente está el alcalde, Abel Caballero. "Es el autor intelectual, no quiere que haya disidencia y organiza una vulgar purga política. En el pasado tuvimos diferencias políticas, pero yo nunca lo intenté excluir", manifiesta.