Vigo acoge hoy y mañana el primer seminario sobre contaminación acústica con el objetivo de abordar este problema desde el punto de vista médico, social y jurídico. La coorganizadora de la iniciativa, la doctora Lorenzo, advierte que la exposición al ruido puede desencadenar múltiples problemas de salud, que no se limitan en absoluto a daños en el oído. Enfermedades cardiovasculares, efectos en el sueño o hipertensión son solo algunos de los peligros de exponerse a niveles elevados de ruido. “El 25% de los hogares españoles sufre contaminación acústica, una realidad que está muy infravalorada”, considera la oncóloga del Complejo Hospitalario de Pontevedra, que coordina el seminario en colaboración con el Colegio de Médicos de la provincia y la Universidad de Vigo.

-Aparte de los daños a nivel auditivo, ¿qué otras enfermedades puede provocar la contaminación acústica?

-Los ruidos por intensidades bajas, como los que se generan durante el tiempo nocturno, los definimos como alienantes. Lo que para el vecino es música, para ti puede ser ruido. Pueden generar efectos sobre el sueño, hipertensión, cardiopatías e incluso infartos de miocardio. También pueden intensificar el desarrollo de trastornos mentales o provocar un abuso de psicofármacos, para dormir, por ejemplo, o agudizar síntomas respiratorios, como el asma. Luego están los daños auditivos sobre todo en niños y adultos jóvenes, calificados por la OMS como población vulnerable en este sentido. Se detectan hipoacusias más precoces por aparatos de música, y en el caso de los más pequeños, por juguetes con un volumen alto, por encima de los 7-75 decibelios.

-¿Qué otras consecuencias se desarrollan en la población infantil y juvenil?

- Los niños que crecen en ambientes ruidosos aprenden menos y más despacio. Tienen problemas para completar rompecabezas difíciles o pueden exacerbarse conductas imperativas o violentas. En tareas de elevada concentración, como estudiar, el rendimiento es mucho menor.

-Entre las patologías en las que se aumenta el riesgo de padecerlas por el ruido también figuran las oncológicas. ¿De qué porcentaje de tumores diagnosticados estaríamos hablando?

- No está cuantificado. La población con estrés crónico por contaminación acústica es más susceptible de padecer cáncer. Por ejemplo, en las mujeres con cáncer de mama, las que viven en ambientes más tranquilos, mejora su supervivencia.

-¿Cuánta gente se calcula que está expuesta a niveles elevados de ruido?

-Según los últimos datos, en torno a un 25% de los españoles. En Estados Unidos un 10% de la población de entre 20 y 60 años sufre daños en el oído por este motivo.

-¿Qué contaminación acústica es la más nociva para la salud?

-Están los ruidos inevitables, como los del tráfico por carretera, y los evitables, que son los que más estresan y más daño causan. Los problemas fundamentalmente son las industrias en el exterior, como por ejemplo en un barrio residencial, el tráfico aéreo y, sobre todo, el ocio.

-¿Cuántos decibelios puede alcanzar la música de un pub?

-A 50 o incluso 60. Los límites recomendados son un máximo de 55 de día en exterior, y de 30 de noche, en el interior de una casa, es decir, el ruido que hace una mosca al volar.

-¿Qué solución propondría para evitar las consecuencias del exceso de ruido?

-La legislación es muy protectora, aunque la aplicación en la mayor parte de los casos está en los ayuntamientos, y la mayoría no lo hacen.

-¿Se cuida más la protección en el ámbito laboral que en el de ocio?

-En el laboral la exposición al ruido se cuida muchísimo ya en las propias empresas y se vigila con inspecciones. Lo que más problemas genera es el ocio.

-¿En este caso sería suficiente la aplicación de la normativa?

-Sí. Es muy restrictiva.

-¿Cree que la sociedad es consciente de los efectos de la contaminación acústica?

-Es la gran desconocida. No tiene efectos fáciles de medir, salvo en la hipoacusia. Está muy infravalorada y menospreciada. Según un estudio, a partir de las diez horas de vigila el cerebro tiene las capacidades cognitivas deterioradas, y a partir de las 17, el cerebro comete errores equivalentes a si esa persona tuviese una intoxicación de alcohol. Esto le sucede a la gente que sufre los festejos al lado de su casa.