Tras la movilización ciudadana de finales de enero de 1981 que evitó el traslado al aeropuerto de Alvedro de los equipos de ayuda a la navegación pendientes de instalar en Vigo, la ampliación de la pista de aterrizaje, que pasó de 1.900 a 2.200 metros de longitud, marcó el inicio del proceso para el cambio de categoría del aeropuerto y el estreno "de la época de los reactores que nos pondrán en contacto, vía Barajas, con el resto del mundo".

Se cumplen pues treinta años de una mejora histórica del aeropuerto "ya que con los veteranos Focker que nos visitan mañana y tarde, el vuelo a Madrid tiene una duración de 90 minutos, que se reducirán a 55 en cuanto empiecen a operar los reactores", se señalaba en FARO DE VIGO del 26 de febrero de 1981 con motivo de la entrada en servicio del nuevo tramo de pista.

Y no sólo se ganaba tiempo, el cambio de aviones suponía también "menor consumo con un importante ahorro de combustible para la compañía, menos ruido y más comodidad parta el viajero".

Esa modernización era motivo más que suficiente "para que quien desee trasladarse desde Vigo a Madrid y a cualquier parte del mundo, lo haga desde nuestro aeropuerto, que ha sido totalmente remozado, tanto en sus instalaciones para servicios de pasaje y carga como en el aspecto técnico que le sitúan entre los primeros aeropuertos nacionales y que equipos como el ILS le colocan como el más moderno en sistemas de ayuda a la navegación"

Con la entrada en servicio de los modernos reactores, la compañía Aviaco anunciaba dos vuelos diarios a Madrid y uno a Bilbao y Barcelona. Peinador se convertía así en "un verdadero centro del transporte aéreo en el sur de Galicia" pues durante ese año, duplicó sobradamente el tráfico del año anterior, pasando de 45.558 viajeros a 117.284.

El DC-9

El avión elegido para la línea, pertenecía a la última serie de los DC-9 con 110 plazas de capacidad en clase turista. Bautizado con el nombre de Castillo de Sotomayor, su interior "fue decorado con motivos del castillo que producirán una muy agradable sorpresa para los pasajeros que lo utilicen".

El viaje inaugural se celebró el 1 de abril y el avión fue bautizado en plena pista. "A las 11,38, el DC-9 aterrizaba en el aeropuerto de Vigo. Llovía y el viento era racheado. Condiciones difíciles, sin duda, pero el aparato ha tomado tierra perfectamente". Había salido con retraso de Barajas, "repleto de autoridades, pero al final ya estaba en Vigo, y todo comenzaba a disponerse para el acto solemne que, de alguna manera, supondría el comienzo de lo que para nuestro aeropuerto se ha dado en llamar ´la era de los reactores´".