Agentes de la Policía Local detuvieron la madrugada de ayer a un hombre de 37 años de edad, identificado como José P.G. y natural de Pazos de Borbén, por el incendio de una vivienda en el barrio de Teis en la que se encontraba su expareja con una amiga. Ambos habían dejado la relación hace unos días y ellas ya lo habían denunciado por amenazas y agresión, según relataron a los policías.

Las dos mujeres oyeron ruidos en el exterior de la casa, ubicada en el número 284 de la Avenida de Galicia, y vieron a José P.G. por la ventana cuando rajó dos ruedas del coche de su excompañera. Después, con sus llaves, abrió el bajo de la vivienda y las mujeres se encerraron en el piso superior. En cuestión de minutos las llamas y el humo lo inundaban todo.

Las víctimas pidieron auxilio a la Policía Local sobre las 2 de la madrugada. Al llegar la patrulla, los agentes se encontraron con que el bajo de la casa estaba en llamas y que dos mujeres pedían auxilio desde una de las ventanas del piso superior envueltas en una gran cantidad de humo.

Las inquilinas del inmueble, de 47 y 38 años de edad, presas de pánico y ansiedad, arrojaron las llaves de la casa por la ventana y los agentes entraron en la vivienda para rescatarlas. Los policías apenas tenían visibilidad y se vieron obligados a arrastrarlas al exterior. Uno de ellos resultó herido por la inhalación de humo y con quemaduras de primer grado.

Una dotación de los bomberos del parque de Teis se ocupó de extinguir las llamas. El fuego prendió con facilidad, según responsables del cuerpo, porque en el bajo se acumulaban muchos enseres, como sillones viejos, numerosas cañas de pesca y hasta un ciclomotor, cuya gasolina se sospecha pudo utilizarse para prender fuego.

Con la descripción del sospechoso una patrulla rastreó la zona y lo localizó en las inmediaciones, mientras caminaba por la calle en dirección al centro de Vigo. El hombre fue identificado y detenido. En sus bolsillos llevaba varios mecheros y una linterna. La vivienda quedó precintada a la espera de la inspección técnica de la Policía Científica.

Los vecinos de la zona explicaban ayer que en la casa siniestrada han residido en los últimos tiempos personas con problemas de toxicomanía. De hecho, hace un año falleció en su interior un joven drogadicto vasco al que todos conocían.

No ocurre lo mismo con los últimos residentes, ya que apenas coincidían con ellos. "Llegaban sobre la una del mediodía de tomar la metadona en Cedro, no se metían con nadie, pero tampoco tenían trato con nosotros", explican.

José P.G. llevaba algo más de un año residiendo en la casa, según los vecinos, mientras que su pareja, al parecer vecina de Candeán, lo hizo más tarde. Ella fue quien limpió de maleza un pequeño trozo de terreno, lo que ayer evitó que las llamas se propagasen a fincas y viviendas contiguas, según explicaban en la zona.