Los diez grandes silos de La Panificadora tienen garantizada su supervivencia. El Plan Especial del Casco Vello los protege e incluye su cesión al Concello. Aunque el convenio específico no recoge sus usos, se planteó su conversión en Archivo Municipal. Sobre el resto de la parcela, el destino es incierto. La suspensión de licencias ha abierto nuevas vías, después de que el proyecto para urbanizar el ámbito haya permanecido paralizado casi 20 años por el rechazo del Ayuntamiento, en los noventa, a los planes que presentaron los promotores, y posteriormente por los enfrentamientos entre las sociedades propietarias.

El Concello tomó la semana pasada la decisión de bloquear la actuación con el fin de instalar allí la Biblioteca Pública del Estado. Su propuesta ampliaría la protección al edificio central, que el Pepri del Casco Vello suprime. Sin embargo, el solar permite más usos, y se plantean "otros públicos, y concesiones privadas", destinadas a comercio o locales de hostelería, según fuentes municipales. El plan vigente hasta ahora autoriza a edificar bloques de entre cuatro y siete plantas. El Ayuntamiento recibiría los silos y una plaza pública. La posibilidad de ejecutarlo se aleja con la medida que hoy ratificará el gobierno en el pleno de la Corporación.

La opinión de los arquitectos y colectivos es variada sobre el grado de conservación necesario en La Panificadora. César Portela abogó en el Peri del Casco Vello por mantener solo los silos. Martín Curty se inclina por prescindir de la ampliación de 1960, cuando se levantó el edificio que recorre el frente de la calle Falperra. Salvador Fraga resalta la pieza original de Manuel Gómez Román, de la que afirma que "es un edificio noble con un enorme desgaste pero muy aprovechable". La parcela puede albergar una amplia gama de usos, en opinión de los tres.

El arquitecto Jaime Blanco estudió durante dos años la antigua factoría de pan, sobre la que hizo su proyecto fin de carrera. Su propuesta incluye la recuperación de los silos como Archivo, un centro polideportivo en el solar que ocupa el edificio central actual, y multicines y un centro cívico donde ahora se asienta la ampliación de 1930, una estructura con cubierta inundable, próxima a la calle Santiago. El proyecto de Blanco también abre amplios espacios públicos sobre las cubiertas, dando continuidad a la Praza do Rei, y recupera la antigua conexión entre la calle Santiago y la Falperra, suprimida con la ampliación de 1930. La Panificadora representa para el arquitecto "una oportunidad de repensar la ciudad", dada su condición de solar "único".

A estas posiciones se suman otras. Varios colectivos ciudadanos han defendido activamente la conservación de la antigua factoría. "Outro Vigo é Posible" apuesta por una recuperación integral de las edificaciones para destinarlas a usos públicos, y propone instalar allí la Biblioteca Pública del Estado, en línea con la decisión que ha tomado ahora el Concello. Su planteamiento también incluye la agrupación de dependencias administrativas y una ordenación integral de la Praza do Rei para completar la actuación.

Este última plaza, al igual que la torre consistorial que la preside, ha recibido numerosas críticas. Xosé Luis Méndez Ferrín definió en un artículo publicado en estas páginas la sede del Ayuntamiento como "un edificio sen carácter", y lamenta que la plaza "a cada pouco se compón e recompón sen argumentos e sen xeito".

El Concello pretende remodelar también este ámbito con el Plan Moneo, lo que, unido a la recuperación de La Panificadora, cambiaría todo el espacio entre O Castro y el Paseo de Alfonso. De momento el Plan Moneo está en fase inicial. La Panificadora por su parte, tras los últimos cambios, espera destino. Entretanto, sigue igual: abandonada.