La cinta del gimnasio es su campo de entrenamiento. Esculpe su cuerpo para conseguir su próximo objetivo: ganar los medio-maratones de Viana do Castelo y Vigo-Baiona. No tiene dos años todavía –los cumple el próximo 10 de febrero – y ya quedó segundo en la carrera para mascotas de la Subida ao Castro.

Yang es un perro atleta que se ejercita todos los días en el centro deportivo Penta, en Doctor Corbal, propiedad de Loli Alonso, quien lo introdujo en el mundo de la resistencia pedestre al llevarlo a correr por las noches. Además, desde hace un año, le enseñó a utilizar la cinta del gimnasio y lo inscribió en un club de atletismo.

Cada entrenamiento del campeón capta la atención de los demás usuarios del centro. Él no se despista nunca ni intenta escaquearse del entrenamiento. "No se queja ni gruñe por el esfuerzo", asegura José Antonio Rodrigues, que se encarga del entrenamiento actual del can. Todos los días mantiene la marcha durante más de una hora a una media de 12 kilómetros por hora. "Llegó a alcanzar velocidades más altas, pero en menos tiempo", añade Rodrigues.

Yang es sevillano de nacimiento, pero vigués de adopción. Nació en la casa de un cuidador andaluz y tiene antecedentes familiares de ganadores de concursos caninos. Su verdadero nombre es Conqueror Staff Lucanero, pero cuando se lo regalaron a su dueña actual, Silvia Parada, hija de Loli, ésta se lo cambió por el más pacífico y fácil de recordar apodo de "Yang".

Pertenece a la raza American Stafforshire Terrier, caracterizada por una gran resistencia y catalogada como "potencialmente peligrosa". Sin embargo, Yang es la antítesis de la agresividad. Sus ojos marrones tienen un sempiterno brillo triste, aunque correr se los alegra. ¡Ah, atención, perras núbiles, esta joya está todavía soltera!