¿Existe relación directa entre los aportes de nutrientes del agua pluvial y la elevada productividad de la Ría de Vigo? Un grupo de 12 expertos coordinados desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) por Xosé A. Álvarez Salgado trata de determinar el impacto de la lluvia sobre la biomasa comestible de las rías realizando captaciones diarias en O Viso, Bouzas y las Islas Cíes. El proyecto titulado “Impacto das achegas atmosféricas de nutrientes orgánicos e inorgánicos á Ría de Vigo” está financiado por el Plan Galego de I+D+i con 190.000 euros.

La iniciativa fue aprobada en diciembre de 2007 y durante el pasado año se inició el seguimiento diario de la composición química del agua de lluvia en tres ambientes diferentes de la Ría: Redondela (seleccionado como área rural), zona portuaria como entorno urbano, y finalmente Cíes, como el ambiente con condiciones más propiamente marinas.

“Es pronto para avanzar conclusiones, pero los datos obtenidos hasta el momento revelan que la lluvia caída en Vigo no es limpia, dista de ser agua destilada y por lo tanto lo lógico es pensar que tiene influencia en la productividad de la Ría”, explica Álvarez Salgado, coordinador de este pionero proyecto que consiguió reunir a expertos en clima de Meteogalicia, del medio atmosférico del Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia de A Coruña e investigadores marinos del CSIC de Vigo.

Durante tres años -el plazo finaliza en 2010- estudiarán la composición de las aguas pluviales en Vigo, su composición y el comportamiento del agua de la Ría cuando se mezcla con la procedente de las tres estaciones que han tomado como referencia. Es lo que se han denominado experimentos in vitro y comenzarán en las próximas semanas en el laboratorio.

Empezará entonces la segunda fase de la investigación, que espera conocer la concentración de nutrientes en relación con las precipitaciones y el régimen de vientos; los flujos de nutrientes en la Ría y cuantificar la activación o depresión de la actividad del fitoplancton y las bacterias del agua, además de utilizar los datos para definir trayectorias, mecanismos de transporte y topología de los flujos de nutrientes de los que se alimentan las especies que se pescan o marisquean en la Ría de Vigo.

Una de las principales aplicaciones del proyecto a nivel administrativo será la creación de un modelo atmosférico de la Ría de alta resolución. El trabajo de campo permitirá aportar datos meteorológicos como velocidad del viento, temperatura del aire, humedad relativa y precipitación, además de los químicos: conductividad, aniones y cationes y metales traza, entre otros. El estudio del CSIC es además en parte responsable de la extensión de la red de estaciones de meteorología de la ciudad, estando pendiente una última en la Avenida de Madrid.

Los autores esperan que los resultados puedan extrapolarse a otras zonas de Galicia y del contexto internacional, ya que se estudian los distintos ambientes tipo posible y las rías gallegas son un referente en el estudio de sistemas de afloramiento costero que se dan en Galicia, Portugal, Suroeste de África, Perú-Chile y California-Oregón.

Hace treinta años que la comunidad científica se pregunta las causas de la especial productividad de las Rías Baixas y en concreto de la de Vigo. Estudios de la última década realizados en otros ecosistemas apuntan a que las diferentes composiciones del agua de lluvia tendrían la respuesta y ahora investigadores gallegos tratan de determinarlo.

Por ahora, lo que han comprobado in situ es que en Vigo hay notables diferencias de precipitaciones “en cantidad y también calidad”, señala Xosé A. Álvarez Salgado. El muestreo diario ha revelado al grupo que en O Viso llueve el doble que en Bouzas y en esta última zona el doble que en Cíes, lo que explica que el agua que se precipita sobre las islas sea también la más rica en aminoácidos y sustancias únicas. “Donde llueve menos la atmósfera está más cargada y el efecto contrario se produce en Redondela, donde el agua es más limpia y tiene menos nutrientes orgánicos e inorgánicos”.

En caso de probar que existe una relación de causalidad entre la composición del agua y las capturas en la Ría, restará por prever la evolución que puedan tener en el futuro los efectos del cambio climático y una hipotética reducción de las lluvias de primavera, que coinciden con el momento álgido de la fotosíntesis del fitoplancton. Menor productividad de nutrientes cabría pensar que igual a menores capturas en el futuro de reducirse las lluvias de los próximos meses.

Las muestras que se siguen recogiendo en Vigo se analizan en el CSIC y otra parte en el Laboratorio de Medio Ambiente de A Coruña, donde se remiten congeladas mensualmente. En la recolecta de las de Cíes colaboran los guardas del parque, que las conservan en neveras y cada miércoles las envían en barco hasta tierra.