Expertos del departamento de Ecología y Biología Animal del campus analizan algunos de los ejemplares varados en Arganzada para determinar la especie que ha alcanzado las costas viguesas. "Sólo sabemos que pertenecen al grupo de los escifozoos, que no es el más preocupante. La identificación resulta muy difícil porque están dañados y se necesitan individuos casi vivos y muy enteros", explicaba ayer el presidente de la Asociación de Oceanógrafos de Galicia, Jorge de los Bueis, poco después de la reunión con el alcalde y la edil de Medio Ambiente.

Las medusas presentan un aspecto circular, tienen un diámetro de entre 12 y 15 centímetros, un aspecto "muy gelatinoso" y una iridiscencia azulada, que pierden mientras agonizan. Asegura que la picadura de los escifozoos produce irritación y urticaria de leve a moderada, que puede ser grave en casos de hipersensibilidad o si el contacto se produce con zonas delicadas como las vías respiratorias. El experto alerta de que los ejemplares siguen picando incluso después muertos y aconseja a los afectados que nunca utilicen agua dulce.

Aunque los escifozoos no son los más habituales en las costas gallegas, De los Bueis no considera extraordinaria su presencia ni puede predecir si llegarán más ejemplares: "Se mueven en grupo a través de las masas calientes de agua y lo normal es que varen en zonas concretas".