Como contrapartida o bien para hacer hueco en las maletas por lo que se llevan, también es habitual que los clientes se descuiden y dejen objetos personales olvidados en las habitaciones. "Desde ropa interior a prendas que llevaron a la tintorería, joyas, toallas de playa que quedan colgadas en el baño y hasta maletas", comenta José Manuel Barbosa, de la federación de hoteleros de Pontevedra.

Todos los hoteles tienen un espacio habilitado para guardar las cosas durante el año que estipula la ley. En el "almacén" del Gran Hotel Samil se podrían encontrar desde peluches de bebés a baterías de móvil, teléfonos y muchos pares de zapatos.