Abandonar toda esperanza, o resistir. El matrimonio de Sampaio afectado por una sentencia que obliga a derribar su casa se debate entre rendirse y asumir la demolición de modo propio, o quedarse dentro y tratar de aguantar con el apoyo de los vecinos. Manuel Dasilva y Charo Amorín se reunieron ayer con el alcalde, que les comunicó la decisión irrevocable de cumplir el fallo judicial ya que de lo contrario el Concello "incurriría en responsabilidad penal", explicó al término. "Es muy difícil decidir. Por inercia la respuesta es que luchar hasta el fin, pero sabemos que la tienen que derribar y debemos ver todo", explicó totalmente abatido Dasilva junto a su mujer.

La familia da prácticamente por perdida toda opción de salvar su casa, y el alcalde les aconseja asumir la demolición. El Concello los realojaría "de inmediato" y serían candidatos a una vivienda de protección. "Sabemos que tienen una presión psicológica muy fuerte, y están en una situación de una dureza difícil de imaginar", explicó Caballero tras reunirse con ellos durante más de una hora.

La casa estará a salvo hoy y mañana, pero la próxima semana el Concello enviará las máquinas con seguridad si el matrimonio no acomete el derribo por su cuenta. Los vecinos han mostrado su apoyo incondicional y están dispuestos a llegar "hasta el final" si deciden quedarse. La marea de solidaridad que provocó la situación de Dasilva y Amorín evitó la demolición la vez anterior. El juez ha reprendido ahora al Concello por considerar injustificado que no procediese a derruir la vivienda, e incluso sancionó a la gerente de Urbanismo con 1.200 euros.

"No hay margen dilatorio", reiteró el alcalde, quien opinó que "el mejor escenario para todos es que sean ellos los que hagan el derribo". Los afectados y el edil de Urbanismo, José Mariño, mantendrán el contacto este fin de semana para que la pareja les comunique su decisión. El interior de la casa está totalmente amueblado, ya que el matrimonio ha rechazado siempre marcharse.

"Nos han mostrado su cariño personal pero no hay solución posible y se comprometieron a realojarnos automáticamente el tiempo que haga falta", confirmó Dasilva tras el encuentro en la Alcaldía. La orden del juez hace imposible esperar a la aprobación del Plan Xeral, y éste tampoco evitaría que se tirase la casa. El Concello no informará de la fecha de demolición para evitar que los vecinos se interpongan en defensa de Dasilva y Amorín.