Galicia necesita disparar sus nacimientos ya al menos un 60% para empezar a atajar la crisis demográfica y dejar los números rojos por primera vez en 7 años. Como las madres de media en la comunidad tienen un hijo, la autonomía precisa 11.000 mujeres más dispuestas a tener descendencia este año para revertir los números rojos del saldo poblacional.

La previsión es que este año se registren 17.621 nacimientos, pero los fallecimientos serán 31.265, muertes que se pueden ver compensadas, solo en parte, por un saldo migratorio positivo en 3.000 personas, si se mantiene la tendencia positiva de 2016. Para empezar a recuperar población, habrían de nacer al menos 11.000 bebes más.

En Galicia no faltan mujeres dispuestas a ser madres, lo que urge es un contexto socioeconómico que las anime a tomar la decisión final: medidas de conciliación familiar y laboral, con horarios más flexibles y guarderías para los más peques, y trabajo con sueldos dignos que permitan afrontar el reto de la maternidad y la paternidad con un mínimo de garantías.

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La situación laboral de las mujeres y sus parejas es determinante. Una encuesta del Instituto Galego de Estatística revelaba el pasado verano que casi 75.000 gallegas dudan si tener hijos por culpa de su empleo. Es decir, quieren pero es su situación laboral la que les obliga a demorar la decisión. La mayoría ve incompatible sus horarios con el cuidado de los niños, pero también les pesa cobrar salarios bajos y, en menor medida, la inestabilidad laboral.Los hombres también se lo piensan mucho. Casi 70.000 admitían que su situación laboral les frena a la hora de decidir ser padres.

En conjunto, uno de cada tres trabajadores gallegos de entre 16 y 39 años vacila sobre si tener hijos. Si sus temores se disiparan y se lanzaran a la aventura de tener descendencia o aumentar la familia, Galicia se olvidaría del invierno demográfico, y de quién va a pagar las pensiones de nuestros mayores o cómo se va a financiar el creciento gasto sanitario.

El Foro Económico de Galicia también ha advertido de que la "ausencia de expectativas de renta y empleo" supone un grave freno para superar la crisis demográfica. Y si no se ataja, advierte el autor del informe, Xaquín Fernández Leiceaga, la situación se irá agravando, pues en 2030 las mujeres en edad fértil serán un 22% menos. Casi 80.000 menos que en 2016, el último año con datos completos. Y en consecuencia, los nacimientos en una década caerán un 34%. Serán 6.452 menos que hace dos años, pasando de 18.952 a 12.490, según las proyecciones que realiza el Instituto Galego de Estatítisca.

En el marco de la misma predicción, la comunidad perderá en su conjunto 212.077 habitantes, lo que supondrá adelgazar su censo casi un 8%.

El Foro Económico también ponía encima de la mesa otra opción para fijar población, captar inmigrantes, pero estos solo vendrán si perciben Galicia como una tierra de oportunidades económicas. "Lo más probable es que la población gallega se sitúe por debajo de los 2 millones a mediados de siglo, con una proporción creciente de personas mayores de 65 años. El territorio servido por la AP-9 se convertirá en la Galicia realmente existente.Lo demás será paisaje", advierte Leiceaga, profesor de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago.