Tras siete semanas de campaña de vacunación de la gripe, las cifras de inmunizados entre los gallegos de 65 y más años son las mejores de los últimos ejercicios. Ya han acudido a ponerse la inyección 363.000, un 4% más que hace un año. A esa mejoría, que se traduce en una tasa de cobertura de casi el 55%, aporta su grano de arena la iniciativa del Sergas de llamar a casa a los que no se inmunicen para intentar que lo hagan.

Con ese método, según datos facilitados ayer por la Consellería de Sanidade, habrían sumado a casi 3.000 pensionistas (en concreto 2.294). No obstante, la cifra es pequeña si se la compara con el número de llamadas que han realizado los profesionales sanitarios hasta el momento, aunque la campaña prosigue. El Sergas indica que se ha puesto en contacto con hasta 21.268 pensionistas, lo que implica un 13,7 por ciento de respuestas positivas a la llamada.

Los mayores con edades comprendidas entre los 70 y los 74 años, uno de los subgrupos a los que apunta la iniciativa, están más predispuestos: se ha vacunado el 14,18% (1.634 de 11.523 contactados). Es el colectivo de entre 65 y 69 años el más reacio, dado que aquí el porcentaje de aceptación tras las llamadas se reduce ligeramente, al 13,24% (1.290 de 9.745).

El mismo esquema se repite cuando se analizan los datos de vacunados entre jubilados en general (al margen de llamadas): entre 65 a 69 años, no llega al 41% la cobertura y en el tramo siguiente roza el 55%. Pero son los más mayores, 75 o más, que no hace falta llamar a casa, los que alcanzan el récord, casi el 62%.

Por otro lado, Sanidade actualizaba ayer la cifra de ingresados por la gripe y la elevaba a 58 desde el inicio de la temporada.

Ayer el conselleiro del ramo, Jesús Vázquez Almuíña, pedía "disculpas" -como ya lo hizo antes el presidente de la Xunta- porque "puede haber, en algún momento, un retraso en la atención" de las urgencias, aunque aseguró que la situación se está "prácticamente normalizando" pese a que hay "una incidencia de urgencias un poco más alta de lo habitual".

Almuíña aseguró que están "preparados porque aún falta por llegar el pico de la gripe" y remarcó que los hospitales gallegos se "adaptarán" a la incidencia que haya. "Nuestra previsión es poder tratar en todo momento a los pacientes que lo necesiten", dijo.

Por su parte, En Marea presentaba ayer en la Cámara gallega una batería de medidas contra el "colapso" en urgencias, que, critican, "se repiten cada año sin que la Xunta demuestre previsiones para evitarlos ni capacidad organizativa para resolverlos". Su diputada Eva Solla pidió "incrementar los efectivos profesionales en los servicios de urgencias" y abrir plantas y alas no operativas de modo permanente, entre otras. Mientras, el BNG pidió un refuerzo "urgente" en el Chuvi por el "colapso" en urgencias.