La titular del juzgado de Xinzo de Limia ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza, para el vecino de Vigo de 55 años acusado de provocar, debido a una imprudencia, un fuego forestal en el concello ourensano de Os Blancos. Un incendio calcinó una hectárea de terreno en el paraje de Barrucadas el pasado domingo en torno a las 13.30 horas y se acercó a menos de 300 metros de las casas. Según la versión del detenido, con antecedentes por quema de rastrojos, perdió el control de una llamas que había encendido para "calentar un chorizo" en una finca familiar.

La Fiscalía le imputa a M.A.M.N. un presunto delito de incendio forestal de "especial gravedad" en relación a los artículos 352 y 353 del Código Penal. En el primero de ellos, se recoge que los incendiarios de montes o masas forestales, "serán castigados con las penas de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses". Además, también especifica que si ha existido peligro para la vida o integridad física de las personas, "se castigará el hecho conforme a lo dispuesto en el artículo 351, imponiéndose, en todo caso, la pena de multa de doce a veinticuatro meses". Con respecto al artículo 353, en él se especifica que los mismos hechos podrían llegar a penarse con entre tres y seis años de prisión y una multa de dieciocho a veinticuatro meses cuando "el incendio alcalde especial gravedad".

La fiscal expone en su escrito que el encausado prendió las llamas "con pleno conocimiento de las condiciones climáticas de la sequedad del ambiente así como de la sequía existente en dicho lugar". Y le acusa de "no haber hecho nada para apagarlo". El Ministerio fiscal ha mencionado asimismo las "dificultades" para poder practicar las diligencias necesarias, "incluso para su detención".

Por su parte, la defensa pidió la libre absolución ya que el acusado "reconoció los hechos" y rebajó lo sucedido a un delito de imprudencia, pues según el abogado, su cliente "no era consciente de la situación meteorológica". Según el relato de la defensa, el acusado "hizo todo lo que pudo por controlarlo y cuando intentó llamar pidiendo ayuda comprobó que había perdido el móvil". Y una vez que se vio en esta situación pidió a una tercera persona que se habría encargado de alertar a los servicios de extinción.

El acusado, natural del municipio ourensano de Rairiz de Veiga, es funcionario en uno de los juzgados de instrucción de la ciudad olívica. Otros trabajadores de los juzgados aseguran estar en shock tras haber conocido la noticia de su entrada en prisión. Los que le conocen lamentan que se le haya puesto en el foco de la oleada de incendios que ha sacudido Galicia, tras haber cometido una imprudencia que calcinaba apenas una hectárea.