Las llamas vuelven a calcinar el interior de Galicia después de una pequeña pausa y tras un fin de semana en el que también castigaron la zona de Verín con más de 132 hectáreas calcinadas. Ayer tomó el relevo en la provincia de Ourense un incendio localizado en O Barco de Valdeorras, que arrasó 64 hectáreas antes de que la Xunta lo pudiera dar por estabilizado, aunque Lugo registró uno de mayor entidad que se iniciaba el día anterior. Ocurría en el Concello de Ribas de Sil y la superficie afectada es de 125 hectáreas.

Los datos son los ofrecidos en el último parte emitido por la Consellería de Medio Rural, por la tarde, cuando ambos fuegos, según el comunicado del Ejecutivo gallego, se dieron por estabilizados. En el caso del registrado en el concello lucense de Ribas de Sil, el regidor del municipio, Miguel Ángel Sotuela, había mostrado previamente sus sospechas de que el fuego que arrasó en concreto la parroquia de San Clodio fue causado por una persona, dado que comenzó en una zona boscosa y en un día en que no hubo ninguna "tormenta" en esa zona, según recoge Efe. Aunque se mostró prudente, a la espera de que los responsables de la investigación determinen las causas exactas del fuego, el regidor local no ocultó sus sospechas sobre el hecho de que el incendio fuese provocado, intencionadamente o no, por la mano del hombre.

Provocado o no, en el momento en que se dio por estabilizado el fuego de San Clodio, que había comenzado el martes a las 20,00 horas, había arrasado con 125 hectáreas, según datos facilitados por la Xunta, de las que además la mayoría son de monte arbolado. Medio Rural apuntaba en su comunicado que el control de este incendio trabajaron nueve agentes, 29 brigadas, 17 motobombas, dos palas y nueve helicópteros.

Asimismo, el departamento que dirige Ángeles Vázquez da por estabilizado desde las 18,40 horas de la tarde de ayer el fuego que había comenzado seis horas antes, hacia las 12,44 horas del mediodía, en la parroquia de Alixo, en el municipio ourensano de O Barco de Valdeorras. En ese caso, y según las primeras estimaciones trasladadas por el departamento autonómico, la superficie afectada por las llamas equivaldría a la mitad del acaecido en Lugo, con un total de 64 hectáreas, aunque en este caso la mayoría serían de monte raso.

La Xunta explica que en las tareas de extinción del fuego registrado en Ourense participaron hasta ayer por la tarde un técnico, cuatro agentes, una veintena de brigadas, nueve motobombas, una pala y hasta 16 helicópteros.

El fuego de Ourense, que se desarrolló en la zona limítrofe de los concellos de O Barco y de Carballeda de Valdeorras, obligó a movilizar un amplio operativo de medios, sobre todo aeronaves, debido a que las llamas afectaron a un monte de difícil acceso en la parroquia de Alixo. La columna de humo era visible desde localidades próximas, aunque según la Xunta no existió ningún peligro para casas u otros bienes.