Autobuses estacionados y dársenas sin viajeros. La tercera jornada de huelga contra el nuevo plan de transporte público de la Xunta, convocada con carácter indefinido los martes y miércoles de cada semana, dejó escenas semejantes a las de siete días atrás, cuando arrancó el paro, aunque con una incidencia rebajada por el cierre vacacional de los colegios hasta septiembre.

Pese a que ayer no se repitieron escenas vividas la semana pasada, cuando la paralización de los autobuses escolares dejó sin transporte a cerca de 60.000 estudiantes en toda la comunidad, los usuarios de las líneas regulares se encontraron nuevamente con la persiana de las billeterías bajadas. Según la patronal, en torno al 85% de los trayectos de autocar se quedaron ayer sin cubrir por la "enorme incidencia de la huelga", que los tres sindicatos convocantes -CC OO, UGT y CIG- calificaron de "prácticamente total", elevando su seguimiento al 95%.

Su repercusión se vio reforzada por el elevado incumplimiento de los servicios mínimos, fijados en un 40%, y que los propios sindicatos reconocieron no haber respetado. Según datos de la conselleira de Infraestructuras, Ethel Vázquez, que pidió a las organizaciones sindicales "responsabilidad" y la desconvocatoria del paro, solo 29 de los 132 servicios previstos en las cuatro provincias gallegas llegó a realizarse. Mientras que en A Coruña y Pontevedra se cubrieron el 33% y el 19 % de las líneas establecidas, respectivamente, en Ourense y Lugo el paro del transporte fue total.

El conflicto, que mañana vivirá su cuarta jornada de huelga, permanece enquistado en un punto semejante al del pasado viernes 16, cuando se anunció una reunión entre Xunta, patronal y sindicatos para negociar el nuevo plan de transporte. La posterior decisión del Gobierno gallego de realizar las conversaciones mediante encuentros bilaterales fue respondido con un plantón de los representantes de los trabajadores y de las tres principales empresas de transporte (Anetra, Fegabús y Transgacar), que defienden que el diálogo se encauce desde una mesa tripartita.

Así lo volvieron a exigir ayer las tres centrales sindicales, que rechazan la propuesta de la Xunta "por valorar muy negativamente sus repercusiones para el empleo y el servicio prestado, y que advirtieron sobre la posibilidad de que se produzcan "n nuevas movilizaciones" si no se produce un cambio de postura en San Caetano,.

Al respecto, el portavoz de CC OO, Marcos Pérez, quien señaló que "la Administración parece no querer solucionar el problema", emplazó a la consellería a" cumplir el acuerdo tácito" y citar a empresas y organizaciones sindicales a un mismo encuentro. Una vez convocado, los sindicatos estarían dispuestos a que dentro de la mesa a tres se puedan realizar también "reuniones bipartitas", según señaló a este diario el portavoz de la CIG Xesús Pastoriza.

Ethel Vázquez, sin embargo, volvió a defender ayer la pertinencia de que las conversaciones se produzcan por separado. La conselleira, que considera que el encuentro celebrado hace trece días demostró que no es posible dialogar conjuntamente con todos los actores, pidió a los sindicatos "un cambio de postura", instándolos a desconvocar el paro para "dialogar de forma sensata". Un llamamiento que Beatriz Meilán, de UGT, calificó como una "completa irresponsabilidad" pues, según la representante sindical, la consellería no" ha establecido ningún tipo de contacto" con los sindicatos.

Por otra parte, el portavoz parlamentario del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, rechazó las "soluciones provisionales" de la conselleira, a la que reclamó una "mayor implicación" para lograr una solución negociada, pues considera que "aún hay tiempo" para dialogar con los agentes implicados.