En lo que va de año, fallecieron 28 personas en accidentes de tráfico en Galicia, diez menos que durante el mismo periodo de 2016. Pese a ello, el balance tiene una lectura negativa. Y es que muchos de los conductores y pasajeros que fallecieron podrían haber sobrevivido si no adoptasen conductas de riesgo, como viajar sin cinturón de seguridad, pisar más de la cuenta el acelerador o haberse puesto al volante con una copa de más. Los resultados de la campaña de control en carreteras convencionales llevada a cabo la semana pasada, con más de 3.300 denuncias en la comunidad reflejan los motivos que están detrás de cada accidente. En solo una semana, las patrullas de Tráfico de la Guardia Civil sorprendieron a 137 usuarios sin cinturón de seguridad. El 60% de los muertos en siniestros con turismos o furgonetas en lo que va de año no lo llevaban puesto, casi el doble que en todo 2016.

"Tenía que ser una asignatura ya aprobada hace tiempo, pero todavía falta concienciación sobre el uso del cinturón. La mayoría de los fallecidos que no lo llevaban podrían haberse salvado. Un alto porcentaje son pasajeros de asientos traseros en accidentes que ocurren de noche y en carreteras con poca circulación", lamenta el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia, el teniente coronel Francisco Javier Molano.

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"Es que voy aquí al lado". "Total, para dos kilómetros en coche...". Son las excusas más habituales con las que se topan los agentes que interceptan a usuarios sin cinturón, según detalla el jefe del Subsector de Tráfico en A Coruña, el capitán Pablo Lorenzo Formigo. Incluso algunos conductores cuestionan el motivo de la denuncia: "¿Pero la campaña de control no había sido la semana pasada". "Se aprecia un mayor incumplimiento del uso del cinturón en zonas más rurales donde se tiene la confianza de que ahí no hay agentes para controlar", apunta Formigo.

Ciclistas, motoristas y peatones son el colectivo más vulnerable en carretera. El 41% de los fallecidos en Galicia en lo que va de año pertenecían a este grupo, frente al 36% del año pasado. "Nos preocupa este incremento", reconoce Molano, quien advierte de que se intensificarán los controles tanto por tierra como para frenar la accidentalidad y concienciar sobre las consecuencias de asumir riesgos al volante, tanto para uno mismo como para el resto de usuarios. "Un tercio de los fallecidos [en las carreteras gallegas] lo había hecho todo bien, murieron a causa de imprudencias de otros", advierte Molano.

Dentro del refuerzo de controles, destaca el incremento que se proponen realizar de pruebas de drogas ante el elevado número de positivos detectados. La Guardia Civil ha marcado como objetivo para este año hacer el doble de narcotest que el año pasado y mantendrá la filosofía de realizar pruebas de alcoholemia "a cualquier hora y en cualquier carretera".

Prudencia, responsabilidad y sentido común. Son las tres actitudes, apunta Molano, con las que se debe poner un conductor al volante. "En el momento que se pensaba que un comportamiento estaba erradicado, como ocurre con el ébola, aparecen más casos. No podemos cesar en las medidas de vigilancia porque ya se empieza a apreciar cierta relajación al volante", advierte Formigo.