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La comida en 273 colegios, a examen

Los menús de los colegios gallegos se exceden con los fritos y flojean en frutas y verduras

Los centros ofrecen verdura tres días a la semana y no cinco como aconseja el Sergas y fruta un día menos de lo recomendado - La ración de rebozados duplica lo propuesto

La alimentación de los niños de hoy es su salud del mañana, advierten los expertos, y la que reciben en los comedores escolares, en los que se sientan en torno a 72.000 niños cada día para almorzar, si se incluyen solo los de los colegios públicos, desentona de la recomendada por la Consellería de Sanidade. El Sergas ha revisado los menús que se sirven en los centros educativos (privados incluidos) y sus técnicos de salud pública han llegado a una conclusión: "Es necesario seguir trabajando en la mejora de los menús y priorizar el fomento del consumo de frutas y verduras". Y es que la oferta de los colegios se queda corta de verduras -dos piezas por debajo de las cinco recomendadas a la semana, tirando por lo bajo- y de fruta fresca -que se sirve un día menos de los cuatro aconsejados-. Por el contrario, peca de exceso en alimentos cuestionables, como los rebozados -de los que sirven el doble de lo indicado- y los fritos.

En general, y tras una evaluación que tomó como muestra lo que se sirve en 273 centros educativos con comedor (172 públicos y 101 privados), casi la mitad de los existentes, durante el curso 2015-2016, los resultados mostraron, según la Xunta, que los centros públicos cumplen "mejor" que los privados las recomendaciones semanales de verdura cocinada, pescado, carne, precocinados, fruta fresca, fritos y rebozados, y "peor", las de arroz/pasta/masas. Además, las medias de raciones por semana de verduras, legumbres, pescado y fruta fresca "son mayores" en los públicos, apostilla Saúde Pública, que tras la evaluación envió un informe a cada colegio con las "recomendaciones de mejora".

El "cole" es uno de los campos de batalla donde se juega la salud del futuro y, en cierta medida, el sistema sanitario. Advertía hace unos días el conselleiro de Sanidade de que había que actuar más en prevención. En esa línea, uno de los aspectos que más preocupa a la Administración gallega es el sobrepeso, incluso la obesidad, de sus niños, que puede condenarlos en el futuro a padecer enfermedades cardiovasculares. Tras haberlos medido y pesado hace cinco años, las conclusiones fueron inquietantes: un 35% de los escolares de primaria y un 30% de los de secundaria tenía exceso de peso. La Xunta articuló un plan, el Xermola, para buscar atajar lo que la coordinadora de la unidad de Nutrición Pediátrica del CHUS, Rosaura Leis, define como una "pandemia". "Si nuestros niños continúan en las cifras de obesidad que tenemos vivirán menos y con peor calidad de vida que sus padres y abuelos", avisa.

Uno de los ejes de actuación para atajar el problema son los menús escolares. Primero Sanidade elaboró una guía de recomendaciones para el personal de cocina y los responsables de la planificación de las comidas y desde 2014 se examinan cada año las programaciones para comprobar el "grado de cumplimiento de las recomendaciones e identificar puntos de mejora".

Los datos recopilados revelan que las raciones medias semanales están por debajo de lo sugerido, tanto en públicos como en privados, en casi todos los alimentos analizados, excepto en carne, fritos, rebozados o lácteos, que se servirían en demasía, y en precocinados, legumbres o patatas, donde se ajustan más a las recomendaciones.

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